El sueño de Mario


Había una vez un niño llamado Mario que soñaba con ser el mejor jugador de la selección argentina. Desde pequeño, él amaba jugar al fútbol y siempre se esforzaba por mejorar su técnica.

Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, llegó un hombre vestido con la camiseta de la selección argentina. Era nada más y nada menos que Lionel Messi, uno de los mejores futbolistas del mundo.

"¡Guau! ¡Es Lionel Messi!", exclamó Mario emocionado. "Hola chicos, ¿cómo están?", preguntó Messi sonriendo. Los niños estaban tan sorprendidos que no podían decir una sola palabra.

Sin embargo, Messi notó a Mario y le preguntó:"¿Tú eres muy bueno jugando al fútbol verdad?"Mario estaba nervioso pero respondió:"Sí señor, yo quiero ser el mejor jugador de la selección argentina". Messi sonrió y le dijo:"Entonces tienes que trabajar duro todos los días para lograrlo. Entrena mucho y nunca te rindas".

Desde ese día, Mario se dedicó a entrenar aún más duro para alcanzar su sueño. Practicaba todos los días en el parque después de clases e incluso pedía consejos a otros jugadores más experimentados.

Un día, mientras veía un partido de la selección argentina por televisión junto a su familia, ocurrió algo inesperado: uno de los jugadores se lesionó gravemente durante el partido y tuvo que abandonar la cancha. El equipo necesitaba urgentemente un reemplazo.

El entrenador decidió darle una oportunidad a Mario como sustituto en el partido. Él estaba nervioso pero emocionado por la oportunidad de jugar en la selección argentina. El partido comenzó y Mario demostró todo lo que había aprendido.

Corría, pasaba el balón con precisión y marcaba goles increíbles. El público lo ovacionaba cada vez que tocaba el balón. Al final del partido, la selección argentina ganó gracias a los esfuerzos de Mario.

Los jugadores lo felicitaron y él se sintió muy orgulloso de sí mismo. Desde ese día, Mario se convirtió en uno de los mejores jugadores de la selección argentina. Viajó por todo el mundo jugando al fútbol y haciendo realidad su sueño infantil.

Y así es como Mario aprendió que trabajar duro y nunca rendirse pueden llevarte a cumplir tus mayores sueños, incluso si parecen imposibles al principio.

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