El sueño de Martín
Martín era un niño travieso y curioso que vivía en un barrio tranquilo. En su casa, su mamá siempre le decía que para alcanzar sus sueños debía estudiar mucho.
-Martín, si quieres ser astronauta algún día, necesitas estudiar ciencias y matemáticas-, le repetía su mamá. Martín escuchaba atentamente, pero a veces se distraía imaginando cómo sería volar por el espacio. Un día, mientras caminaba por el parque, Martín vio a un par de pajaritos construyendo su nido.
Le pareció liviano y hermoso, y se le ocurrió colgar uno en su ventana. Pero al intentarlo, el nido se cayó al suelo. Al verlo, su vecino Don Ernesto se acercó y le ofreció ayuda.
-¡Hola, Martín! ¿Necesitas ayuda? Parece que ese nido te está dando problemas-, le dijo Don Ernesto. Martín le contó su idea y cómo había intentado colgar el nido, pero no lo lograba. Don Ernesto, con paciencia y sabiduría, le mostró cómo hacerlo correctamente.
De repente, Martín tuvo una idea brillante. -¿Sabes, Don Ernesto? Cuando sea astronauta, llevaré pajaritos al espacio para que construyan sus nidos flotantes-, dijo entusiasmado. Don Ernesto sonrió y asintió. -Eso es maravilloso, Martín. Nunca dejes de soñar ni de buscar ayuda cuando la necesites-.
Martín aprendió que pedir ayuda no significa ser débil, sino ser valiente. Desde ese día, se esforzó en sus estudios y recordó la lección de su vecino.
Con el apoyo de su familia y amigos, Martín siguió adelante, confiando en que, con esfuerzo y perseverancia, podría alcanzar cualquier sueño que se propusiera.
FIN.