El sueño de Martín
Había una vez un niño llamado Martín, quien era un gran fanático del fútbol y admiraba mucho a Lionel Messi, el famoso jugador argentino. Martín soñaba con convertirse en un futbolista como él algún día.
Un día, su tío Fer le sorprendió con una noticia emocionante: ¡habían conseguido entradas para ver a Messi jugar en el estadio! Martín no podía creerlo, estaba tan emocionado que no podía dejar de sonreír.
El día del partido finalmente llegó y Martin y su tío Fer se dirigieron al estadio. Estaban llenos de energía y emoción mientras se mezclaban entre la multitud que iba hacia las gradas.
Cuando encontraron sus asientos, Martín miró a su alrededor maravillado por el ambiente vibrante del estadio. Los cánticos de los aficionados resonaban en sus oídos mientras esperaban ansiosos el inicio del partido. Finalmente, el árbitro pitó el comienzo del partido y ambos equipos salieron corriendo al campo.
El juego era intenso y emocionante, pero lo más destacado fue cuando Messi anotó un gol espectacular que dejó a todos boquiabiertos. La multitud rugió de emoción, aplaudiendo y gritando con entusiasmo.
Sin embargo, en medio de toda esa euforia algo terrible ocurrió: ¡el estadio comenzó a temblar! Todos entraron en pánico mientras buscaban una salida segura. Martín tomó la mano de su tío Fer y juntos intentaron encontrar una salida entre la confusión.
Pero justo cuando parecía que habían encontrado una salida, una explosión sacudió todo el estadio. Martín y su tío Fer se encontraron en medio del caos, pero en lugar de entrar en pánico, decidieron ayudar a las personas que estaban heridas o asustadas.
Martín recordó lo que siempre había admirado de Lionel Messi: su habilidad para superar los obstáculos y mantener la calma bajo presión. Con valentía, comenzaron a guiar a las personas hacia las salidas de emergencia mientras tranquilizaban a aquellos que estaban más asustados.
Martín pensó en cómo Messi nunca se rinde sin importar cuán difícil sea la situación y decidió adoptar esa misma mentalidad. Finalmente, todos lograron salir del estadio sano y salvo.
A medida que se alejaban del peligro, Martín miró hacia atrás con tristeza al ver el estado destrozado del estadio donde iban a disfrutar del partido. Sin embargo, también sintió un profundo sentido de gratitud por estar vivo y por haber podido ayudar a los demás.
Comprendió que incluso en medio de situaciones difíciles e inesperadas como esta, siempre hay algo positivo que aprender. A medida que pasaba el tiempo y el estadio era reconstruido, Martín continuó persiguiendo su sueño de convertirse en futbolista profesional.
Se entrenaba duro todos los días recordando la valentía y determinación de Messi. Y así fue como Martín aprendió una lección importante: no importa cuántos obstáculos encuentres en tu camino, siempre puedes encontrar fuerzas para superarlos si te mantienes positivo y trabajas duro.
Y quién sabe, tal vez algún día también pueda jugar en un estadio donde todos admiren su talento, al igual que lo hacen con Lionel Messi.
FIN.