El Sueño de Martina



Martina era una niña muy curiosa y soñadora. Siempre le encantaba inventar historias y crear mundos imaginarios en su mente. Un día, Martina decidió que quería volar.

Pero no quería volar en aviones, ni en globos, ni en ningún medio de transporte. Martina quería volar con sus propias alas. "¡Mamá, papá, quiero volar como un pájaro!" les dijo un día con entusiasmo. Sus padres, sorprendidos, le explicaron que los humanos no podían volar.

"Pero yo quiero intentarlo, quiero hacerlo posible", respondió decidida. Martina comenzó a investigar sobre las aves, sus alas, su forma de volar, y se dio cuenta de que su sueño no era tan imposible como pensaba.

Decidió construir un par de alas con plumas, cartón y mucha imaginación. Pasó días y noches perfeccionando su invención, persiguiendo su sueño. Finalmente, el día de probar sus alas llegó.

Martina subió a lo alto de una colina, se colocó sus alas, y con un salto valiente, empezó a correr y a batir sus alas. Por un momento, sintió que realmente volaba. Sin embargo, no logró mantenerse en el aire por mucho tiempo y cayó al suelo con un golpe.

Martina se levantó un poco desanimada, pero decidida a no darse por vencida. Entonces se le acercó un grupo de pájaros que habían visto su intento. "¿Por qué estás triste, niña?" le preguntó el pájaro más grande. Martina les contó su deseo de volar y su intento fallido.

Los pájaros la miraron con cariño y le explicaron que cada ser vivo tiene sus propias cualidades y que, aunque los humanos no pueden volar, tienen otras habilidades maravillosas.

Martina entendió que no era necesario volar para alcanzar sus sueños, sino que podía encontrar su propio camino y brillar de otras maneras. A partir de ese día, Martina siguió persiguiendo sus sueños, pero con los pies en la tierra y el corazón lleno de esperanza.

FIN.

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