El Sueño de Mary


Había una vez una chica llamada Mary, ella tenía 14 años y era muy alegre. Le encantaba pasar tiempo con sus amigos y viajar a las playas de Brasil para disfrutar del sol, la arena y el mar.

Un día, mientras estaba en la playa con sus amigos, Mary les contó sobre su gran sueño de viajar a las Maldivas.

"¡Chicos, algún día quiero ir a las Maldivas! He visto fotos de esas hermosas playas de arena blanca y aguas cristalinas, ¡y me muero por estar allí!" exclamó emocionada. Sus amigos se emocionaron al escucharla hablar sobre su gran sueño. "¡Eso sería increíble! ¿Pero cómo lo lograrás?" preguntó uno de ellos. Mary no estaba segura.

Sabía que era un destino caro y que tendría que ahorrar mucho dinero para poder hacer ese viaje realidad. Pero decidió que no dejaría que eso la detuviera. Así comenzó la aventura de Mary para alcanzar su sueño.

Empezó a trabajar duro en su casa ayudando en todo lo posible para ganar un poco más de dinero. También empezó a vender cosas que ya no necesitaba para aumentar sus ingresos.

Cada vez que ahorraba algo más, lo guardaba en una hucha especial donde había escrito —"Maldivas"  con letras grandes y coloridas. Cada vez se acercaba más a su meta. Sin embargo, pronto llegaron algunos obstáculos inesperados.

Un día, mientras caminaba hacia casa después del colegio, notó que alguien le había robado la hucha donde guardaba todos sus ahorros para el viaje. Se sintió devastada al pensar que su sueño estaba tan lejos de ser realidad. Pero Mary no se rindió.

Decidió que encontraría una nueva forma de ganar el dinero necesario para viajar a las Maldivas. Empezó a ofrecer sus servicios como niñera, ayudante en la tienda local y cualquier trabajo que pudiera hacer.

Finalmente, después de mucho esfuerzo y dedicación, Mary logró ahorrar lo suficiente para comprar un boleto de avión hacia las Maldivas. Cuando finalmente llegó allí, se emocionó hasta las lágrimas al ver esas hermosas playas con sus propios ojos.

Mary aprendió una valiosa lección durante todo este proceso: nunca hay que rendirse ante los obstáculos y siempre hay formas alternativas de lograr nuestros sueños si trabajamos duro por ellos.

Desde ese día en adelante, Mary continuó persiguiendo sus sueños con determinación y perseverancia, sabiendo que no había nada imposible si ponía su mente y su corazón en ello.

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