El sueño de Mateo


Había una vez un niño llamado Mateo que vivía en un pequeño pueblo rodeado de hermosas montañas. A Mateo le encantaban los perros, siempre se sentía feliz y seguro cuando estaba cerca de ellos.

Su sueño era poder dormir con los perros todas las noches. Un día, mientras paseaba por el parque del pueblo, vio a un grupo de niños jugar con sus mascotas.

Se acercó a ellos con mucha emoción y les preguntó si podía unirse a su juego. Los niños aceptaron encantados y Mateo se divirtió mucho corriendo y jugando con los perros. Después de pasar tanto tiempo con esos perros, Mateo decidió compartir su deseo de dormir con ellos todas las noches.

Sin embargo, los demás niños se rieron y dijeron: "¡Eso es ridículo! Los perros deben dormir afuera o en su cucha". Mateo se sintió triste y desanimado al escuchar eso, pero no dejó que eso lo detuviera.

Decidió ir en busca de alguien que comprendiera su amor por los perros y su deseo de dormir junto a ellos. Caminando por el pueblo, Mateo llegó a una casa muy grande donde vivía una señora llamada Doña Rosa.

Ella era conocida por ser amable y tener muchos animales en su hogar. Entusiasmado, golpeó la puerta esperando encontrar apoyo en ella. Doña Rosa abrió la puerta y sonrió al ver la emoción en el rostro de Mateo.

Él le contó sobre su amor por los perros y cómo soñaba con poder dormir junto a ellos todas las noches.

Doña Rosa escuchó atentamente y, para sorpresa de Mateo, le dijo: "Comprendo tu amor por los perros, pero también es importante que aprendas sobre su cuidado y respetes sus necesidades". Mateo asintió con la cabeza y preguntó cómo podía aprender más sobre el cuidado de los perros.

Doña Rosa le propuso una idea maravillosa: "¿Qué tal si te conviertes en mi ayudante? Podrás aprender todo lo necesario para cuidar de estos animals amigos". Mateo aceptó emocionado y se convirtió en el nuevo ayudante de Doña Rosa.

Aprendió a limpiar las cuchas, darles comida adecuada, sacarlos a pasear y hasta llevarlos al veterinario cuando era necesario. Poco a poco, Mateo fue ganándose la confianza de los perros. Se hizo amigo íntimo de uno llamado Maxi, un perro callejero que había sido rescatado por Doña Rosa.

Ambos compartían una conexión especial y Maxi se convertiría en el compañero ideal para cumplir el sueño de Mateo. Un día, después de haber aprendido mucho sobre el cuidado de los perros, Mateo decidió hablar nuevamente con los niños del parque.

Esta vez estaba decidido a demostrarles que su deseo no era ridículo. Cuando llegó al parque con Maxi a su lado, todos quedaron asombrados.

Los niños vieron lo bien entrenado que estaba Maxi gracias al amor y dedicación de Mateo. Además, pudieron ver la hermosa conexión entre ambos. Uno de los niños se acercó tímidamente a Mateo y le preguntó: "¿Puedo dormir con Maxi alguna vez?".

Mateo sonrió y respondió: "Claro, pero primero debes aprender sobre su cuidado y respetar sus necesidades". A partir de ese día, los niños del pueblo comenzaron a aprender más sobre el cuidado de los perros.

Mateo se convirtió en un referente para ellos y todos empezaron a comprender que los perros no solo eran mascotas, sino también seres vivos que merecían amor, respeto y cuidado.

Y así, gracias al amor incondicional de Mateo por los perros, el pequeño pueblo se transformó en un lugar donde todos aprendieron la importancia de tratar a los animales con cariño y responsabilidad. Y cada noche, Mateo cumplía su sueño durmiendo junto a Maxi y otros animals amigos.

La moraleja de esta historia es que cuando uno sigue sus sueños con pasión e integridad, puede inspirar cambios positivos en aquellos que lo rodean. Además, nos enseña la importancia de amar y respetar a los animales como seres vivos dignos de nuestro cuidado.

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