El Sueño de Mateo



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, un niño llamado Mateo. Mateo era muy inteligente y soñaba con convertirse en un gran científico para poder ayudar a su comunidad.

Todos los días se esforzaba al máximo en la escuela y siempre estaba leyendo libros sobre ciencia. Un día, el profesor de Mateo le habló sobre una prestigiosa escuela de ciencias en la ciudad grande, donde solo los mejores estudiantes eran aceptados.

Mateo se emocionó al escuchar esto y decidió que quería estudiar allí para tener un futuro brillante. "¡Quiero ir a esa escuela de ciencias y ser el mejor científico del mundo!" -dijo Mateo emocionado a su familia.

Sus padres, aunque preocupados por dejarlo ir tan lejos, apoyaron el sueño de Mateo y lo ayudaron a prepararse para el examen de ingreso.

Finalmente, llegó el día del examen y Mateo lo hizo tan bien que fue aceptado en la prestigiosa escuela de ciencias. Mateo se mudó a la ciudad grande y comenzó sus estudios con entusiasmo. Sin embargo, poco a poco empezó a descuidar sus amistades y su tiempo libre para enfocarse únicamente en ser el mejor estudiante.

Se volvió competitivo e incluso dejó de ayudar a otros compañeros que no entendían las lecciones.

Con el tiempo, Mateo se convirtió en uno de los mejores estudiantes de la escuela, pero había perdido algo importante por el camino: la empatía y la humildad. Un día, durante un experimento en laboratorio, cometió un error grave que provocó una pequeña explosión y dañó equipos costosos.

El director de la escuela llamó a Mateo para hablar con él:"Mateo, sé que tienes mucho potencial como científico, pero no puedes olvidar que la verdadera grandeza va acompañada de humildad y compasión hacia los demás" -dijo el director con voz seria.

Estas palabras resonaron en Mateo quien finalmente comprendió que había perdido el rumbo al obsesionarse tanto con su éxito académico. Decidió cambiar su actitud y comenzar a colaborar con sus compañeros nuevamente, compartiendo sus conocimientos sin arrogancia.

Con el tiempo, Mateo se graduó como un brillante científico no solo por su inteligencia sino también por su capacidad para trabajar en equipo y ayudar a los demás. Regresó a Villa Esperanza donde puso en práctica todo lo aprendido para mejorar la calidad de vida de su comunidad.

Y así, Mateo descubrió que realmente había alcanzado un futuro mejor al aprender importantes lecciones sobre valores fundamentales que lo guiaron hacia el verdadero éxito personal y profesional. Y colorín colorado este cuento ha terminado ¡Qué lindo es aprender juntos!

FIN.

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