El sueño de Mateo
Había una vez un niño llamado Mateo, que desde pequeño soñaba con ser poeta. Le encantaba escuchar versos y rimas, y siempre se imaginaba recitando poemas frente a una audiencia emocionada.
Un día, Mateo decidió que ya era hora de empezar a practicar para convertirse en el mejor poeta del mundo. Se sentó en su escritorio con un lápiz y papel, y comenzó a escribir sus propios versos.
Pasaba horas buscando las palabras perfectas, jugando con las rimas y las metáforas hasta que cada poema cobraba vida propia. "¡Mamá, mamá! ¿Me ayudas a recitar mi primer poema?", le preguntó Mateo emocionado. Su mamá lo miró con cariño y asintió.
Juntos practicaron una y otra vez, trabajando en la entonación, los gestos y las expresiones faciales necesarias para transmitir cada emoción. Mateo aprendió que declamar un poema no era solo leer palabras, sino también ponerle el corazón.
Con el tiempo, Mateo se animó a participar en concursos de poesía en su escuela. Aunque al principio estaba nervioso, poco a poco fue ganando confianza en sí mismo. Cada vez que subía al escenario, se transformaba en un verdadero artista de la palabra.
Un día, durante un importante certamen de poesía regional, Mateo tuvo la oportunidad de recitar uno de sus poemas más queridos frente a cientos de personas. Con voz firme y mirada segura, cautivó al público con su pasión por las letras.
Al finalizar su actuación, el jurado lo felicitó efusivamente y le otorgó el primer premio. Mateo no podía creerlo; ¡había ganado su primer concurso de poesía! Desde ese momento supo que dedicaría su vida a seguir cultivando su arte.
"¡Felicidades hijo! Estoy tan orgullosa de ti", exclamó su mamá abrazándolo con alegría. Mateo sonrió radiante.
Sabía que aún le esperaban muchos desafíos por delante para convertirse en un gran poeta, pero estaba dispuesto a enfrentarlos con valentía y determinación. Y así fue como Mateo siguió escribiendo versos e investigando sobre la estructura de los poemas; practicando cada día para perfeccionar su arte y llevar sus emociones al mundo a través de las palabras.
Porque sabía que el camino del poeta no era fácil, pero valdría la pena cada esfuerzo cuando lograra tocar los corazones de quienes lo escucharan.
FIN.