El Sueño de Mateo



En un pequeño barrio de Buenos Aires, había un niño llamado Mateo que amaba el fútbol más que nada en el mundo. Cada tarde, después de hacer sus tareas, corría a la cancha del barrio con su viejo balón. Era un chico lleno de energía y sueños.

Un día, mientras jugaba, sus amigos decidieron que querían formar un equipo y participar en un torneo local.

"¡Vamos, Mateo! ¡Sos el mejor jugador de nuestra esquina! Necesitamos que seas parte de nuestro equipo!" dijo Julián, su amigo.

Mateo se sintió feliz, pero había un problema: sus botines estaban desgastados y llenos de agujeros.

"Gracias, Julián, pero mis botines están rotos. No puedo jugar así" respondió Mateo.

Después de escuchar las preocupaciones de su amigo, Julián organizó una reunión con los demás chicos del barrio. Al siguiente día, se juntaron en la plaza.

"Chicos, tenemos que ayudar a Mateo. No podemos dejar que se quede afuera del equipo por sus botines" propuso Sol, una niña que también jugaba fuerte.

Los chicos comenzaron a hacer planes. Reunieron sus ahorros y decidieron hacer una colecta para comprarle unos buenos botines a Mateo. Se pusieron a vender golosinas, jugaban a la metegol y organizaron un mini tornero para juntar dinero. En una semana, habían logrado reunir lo suficiente.

Entonces, se lo contaron a Mateo.

"¡Mateo, tenemos una sorpresa para vos!" dijeron todos al unísono.

"¿Qué sorpresa?" preguntó Mateo con curiosidad.

Lo llevaron a la tienda de deportes del barrio y, al entrar, mostraron unos hermosos botines rojos que brillaban.

"¡Son para vos!" exclamó Julián.

Mateo no podía creer lo que estaba sucediendo. Miró a sus amigos con agradecimiento.

"¡No puedo aceptarlos! Ustedes hicieron mucho esfuerzo."

FIN.

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