El Sueño de Melissa
Era un día soleado y hermoso en el colegio Sagrado Corazón, donde todos los alumnos se preparaban con entusiasmo para el festival de fin de año. Melissa, una niña de diez años, era conocida por su alegría y amabilidad. Siempre ayudaba a sus compañeros en clases y era el alma de los recreos, donde compartía risas y juegos.
Desde hacía meses, Melissa soñaba con ser parte de la obra de teatro que se iba a presentar en el festival.
"Este año será diferente, quiero ser una de las protagonistas" - pensaba para sí misma mientras observaba ensayar a los demás."Ojalá pueda tener una oportunidad".
El día de las audiciones llegó y el aula se llenó de nerviosismo. Todos los chicos querían un papel importante. La directora del colegio, la señora López, emocionada, dijo: "Hoy descubriremos quiénes serán los actores de nuestra obra. ¡Mucha suerte a todos!".
Melissa se presentó como siempre con su gran sonrisa, "¡Hola a todos! Estoy tan emocionada por esto". Pero la audición no salió como esperaba. Aunque hizo su mejor esfuerzo, no logró impresionar a la señora López como otros compañeros. Al final, le dieron el rol de árbol en la obra.
Melissa sonrió, aunque en su interior sentía un poco de tristeza. "Al menos soy parte de la obra" - se dijo a sí misma. Sin embargo, sus compañeros, quienes soñaban con ser los protagonistas, comenzaron a murmurar. "¿Por qué le dieron un papel tan simple?" - decía uno. "Es solo un árbol, no es tan genial" - decía otro.
Melissa, herida por las palabras, decidió que lo iba a hacer de la mejor manera. Desde ese momento, trabajó en su papel con entusiasmo, creando un hermoso disfraz con la ayuda de su madre y practicando con sus amigos.
A medida que avanzaban las ensayos, algo magnífico sucedió. Los compañeros comenzaron a notar el esfuerzo y la dedicación que Melissa ponía en sus ensayos. "¡Mirá lo que hizo!" - comentó uno de ellos, admirando el disfraz. "Sí, se ve increíble. Yo ni siquiera he pensado en hacer algo especial" - agregó otro.
Un día, durante el ensayo general, el actor que hacía de príncipe se lastimó levemente. "¡No puedo continuar!" - gritó, mientras se sentaba en el suelo. Todos se miraron preocupados, la obra estaba a un día de su presentación y el estrés aumentaba.
La señora López, alarmada por la situación, dijo: "¿Alguien puede asumir este papel? Necesitamos a un príncipe, ¡ya!". En ese instante, los ojos de todos se posaron en Melissa. Ella, sintiendo el apoyo de sus compañeros, levantó la mano."¡Yo puedo ayudar!" - dijo, decidida.
La señora López, sorprendida por su valor, le sonrió y le dijo: "¡Está bien, Melissa! Pero tendrás que aprender rápidamente el papel del príncipe". Melissa no perdió ni un minuto. Durante todo el día, se dedicó a estudiar guiones y ensayar. Sus amigos, sorprendidos al ver su dedicación, decidieron unir fuerzas para ayudarla con el papel.
Tras mucho esfuerzo, llegó el gran día de la presentación. La emoción llenaba el aire y los nervios estaban a flor de piel. Luego de un comienzo titubeante, las actuaciones comenzaron. El disfraz de árbol que hizo, ahora brillaba en el escenario mientras que, con la ayuda de sus amigos, Melissa como príncipe se robó el show.
Todos en la sala aplaudían y gritaban. Su energía y esfuerzo la convirtieron en la verdadera estrella de la obra. Cuando la actuación finalizó, la sala estalló en ovaciones.
La señora López, visiblemente emocionada, subió al escenario y dijo: "Hoy no solo hemos visto un gran espectáculo, sino que hemos aprendido que el trabajo en equipo y la perseverancia siempre dan frutos". "¡Viva Melissa!" - gritaron todos sus compañeros.
Desde ese día, el papel del árbol dejó de ser un simple rol para convertirse en un recuerdo inolvidable y el sueño de Melissa se había cumplido. Ella entendió que no importaba el tamaño de su papel en la obra, lo que verdaderamente contaba era cómo dio lo mejor de sí y se apoyó en sus amigos.
Así fue como Melissa, la niña amable y cooperativa, aprendió que todos los roles son importantes y que con trabajo duro y pasión, cualquier sueño se puede alcanzar.
FIN.