El Sueño de Melodía



En un pequeño pueblo de Argentina, vivía una chica llamada Melodía. Desde que era muy pequeña, Melodía soñaba con ser cantante. Sin embargo, había un gran problema: su papá, un estricto abogado llamado Don Roberto, siempre le decía que la música no era un camino seguro.

"- Melodía, la música no te llevará lejos. Debes estudiar y conseguir un buen trabajo. " decía Don Roberto, mientras revisaba sus documentos. Melodía, aunque amaba cantar y escuchar a los músicos del pueblo, nunca se atrevió a contárselo a su padre.

Un día, mientras paseaba por el parque, escuchó una hermosa melodía que venía de una cafetería. Se acercó y vio a un joven músico llamado Diego tocando la guitarra y cantando. "- ¡Qué hermoso!" pensó Melodía. Cada sábado, se acercaba al lugar para disfrutar de la música y sin darse cuenta, comenzó a soñar con ser parte de ese escenario.

Pero un sábado, Diego notó a Melodía observándolo. "- ¿Te gustaría cantar conmigo?" le preguntó. Melodía sintió mariposas en el estómago. "- ¡Sí!" exclamó, aunque un poco nerviosa.

Aunque su voz temblaba, Melodía subió al escenario y comenzó a cantar. Cuando terminó, el público estalló en aplausos. Esa noche, algo despertó en su corazón: el deseo de seguir su sueño.

Al regresar a casa, Melodía decidió dejar una carta para su padre:

"Querido papá,

Hoy tengo una gran noticia. He estado cantando en la cafetería y me he sentido muy feliz. Quiero invitarte a que vengas a verme este sábado. Creo que todavía no has escuchado cómo suena mi voz. Aún creo que la música puede ser parte de mi vida.

Con amor,

Melodía."

El sábado llegó, y Melodía estaba nerviosa. A su lado, Diego la animaba: "- ¡Vas a brillar! Solo sé tú misma. " Don Roberto llegó, algo escéptico. Cuando la vio en el escenario, una mezcla de orgullo y preocupación la miró. Melodía cantó con todo su corazón, entregándose al momento.

Cuando terminó, el aplauso fue ensordecedor. La gente le gritaba su nombre. "- ¡Vamo’ Melodía!"

Días después, el pueblo organizó un concurso de talentos. “- ¡Inscribite, Melodía! -” dijo Diego después de escucharla cantar. Al principio dudó, pero luego recordó los aplausos del sábado.

Finalmente, Melodía se inscribió. En la noche del concurso, se sintió llena de energía. Cuando la llamaron al escenario, se sintió como una estrella. Y cuando terminó de cantar, un silencio absoluto cubrió el lugar, seguido de vítores y aplausos. Cuando anunciaron al ganador, el corazón le latía desenfrenado.

"- ¡Y la ganadora es... Melodía!"

Don Roberto, que estaba entre la multitud, sonrió con orgullo. Al terminar el evento, se acercó a su hija. "- Melodía, no sabía que tenías tanto talento. Estoy muy orgulloso de ti. " Melodía sintió que todo su esfuerzo había valido la pena.

"- Gracias, papá. La música significa mucho para mí. " le respondió Melodía, sintiendo que su sueño estaba comenzando a hacerse realidad. Desde ese día, Don Roberto apoyó a su hija y juntos descubrieron el hermoso mundo de la música. Y así, Melodía nunca dejó de cantar, siempre con la certeza de que seguir su sueño la llevaría lejos.

FIN.

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