El sueño de Nlack
Nlack era un niño diferente a los demás. Mientras que la mayoría de los niños soñaban con ser valientes, amables y ayudar a los demás, Nlack tenía un sueño diferente.
Él anhelaba causar miedo y destrucción a otras personas para ser considerado alguien fuerte. En la escuela, sus compañeros lo evitaban y los maestros no sabían cómo acercarse a él. Pero un día, todo cambiaría. Un nuevo maestro llamado Don Juan llegó al colegio.
Don Juan era un hombre sabio y amable, famoso por haber ayudado a muchos niños con problemas. Desde el primer día, Don Juan notó que Nlack era diferente, y decidió acercarse a él.
- Hola, Nlack, ¿puedo hablar contigo un momento? - dijo Don Juan con una sonrisa. Nlack, sorprendido, asintió y se sentó junto a Don Juan. A partir de ese día, Don Juan pasó tiempo con Nlack, escuchando sus sueños y miedos.
Descubrió que Nlack se sentía inseguro y temía ser débil, por eso quería ser fuerte haciendo que los demás lo temieran. Don Juan decidió ayudarlo.
Le enseñó que la verdadera fuerza no venía de causar miedo, sino de superar los propios miedos, de ser valiente para hacer lo correcto y de ayudar a los demás. Nlack, al principio, se mostró reacio, pero poco a poco comenzó a entender lo que Don Juan le decía. Un día, mientras caminaban por el parque, vieron a un niño que estaba siendo intimidado por unos matones.
Nlack sintió un impulso de hacer algo al respecto, y recordó las palabras de Don Juan sobre la verdadera fuerza. Valientemente, se acercó al niño y lo defendió de los matones.
Esa fue la primera vez que Nlack usó su fuerza para proteger en lugar de intimidar. Desde entonces, Nlack se convirtió en un ejemplo en la escuela. Ayudaba a los demás, era valiente y mostraba que la verdadera fuerza radica en hacer el bien.
Y todo gracias a Don Juan, quien había logrado cambiar el sueño de Nlack, enseñándole el verdadero significado de ser fuerte.
FIN.