El sueño de Rufino


Había una vez en un hermoso bosque de Argentina, un sapo llamado Rufino. Rufino era curioso y soñador, le encantaba escuchar las historias de la luna y cómo brillaba en el cielo cada noche.

Un día, decidió emprender un viaje para conocerla en persona. Rufino saltaba con entusiasmo por el bosque, cantando alegremente mientras buscaba a la luna. En su camino, se topó con una serpiente llamada Carmela.

Carmela, con sus ojos brillantes, miró al sapito hambrienta y pensó en comérselo. "¡Hola amiga serpiente! ¿Sabes dónde puedo encontrar a la luna? Quiero verla porque dicen que es muy bella", preguntó Rufino inocentemente. Carmela se sorprendió por la amabilidad del sapito y decidió no hacerle daño.

"Sí sé dónde está la luna, sigue recto por este sendero y llegarás a ella", respondió la serpiente sonriendo. Rufino siguió su camino agradecido por el consejo de Carmela.

Pero de repente, un águila majestuosa llamada Horacio descendió del cielo y lo rodeó con sus garras afiladas. "¡Oh no! ¿Otra vez me querrán comer?" pensó asustado el sapito. Horacio miraba al sapo con hambre en los ojos, pero luego notó algo especial en él.

"¿Qué haces aquí solito, pequeño sapo?" preguntó Horacio con curiosidad. "Estoy buscando a la luna para conocer su belleza", respondió Rufino valientemente. El águila quedó impresionada por la determinación del sapito y decidió ayudarlo en su búsqueda.

Levantándolo con cuidado entre sus garras poderosas, Horacio voló hacia lo alto hasta alcanzar la cima de una colina desde donde se veía todo el bosque iluminado por las estrellas.

Desde ese lugar privilegiado, Rufino finalmente vio aparecer a la luna en todo su esplendor plateado. Sus ojitos brillaban de emoción al contemplar tanta belleza en el firmamento nocturno. "¡Gracias querida serpiente Carmela y noble águila Horacio! Sin su ayuda no habría podido cumplir mi sueño", exclamó emocionado el sapito.

Carmela y Horacio sonrieron orgullosos al ver feliz al pequeño amigo que habían protegido en su travesía.

Desde ese día, Rufino contaba a todos los animales del bosque sobre su aventura para llegar hasta la mágica luna gracias a dos nuevos amigos que le enseñaron que incluso quienes parecen amenazantes pueden tener un corazón bondadoso si les das una oportunidad.

Dirección del Cuentito copiada!