El sueño de Salvador
Salvador era un chico que vivía para jugar al fútbol. Desde que salía de la escuela hasta que caía el sol, se la pasaba pateando la pelota en el parque con sus amigos. Soñaba con convertirse en un gran futbolista y jugar en el equipo nacional. Pero un día, Salvador se torció el tobillo durante un partido y los médicos le dijeron que no podría jugar durante varios meses.
- ¡No puede ser! ¡Mi sueño es ser un gran futbolista y ahora todo se arruinó! -se lamentaba Salvador, desanimado.
Pero su abuelita, una mujer sabia y amorosa, le dijo: -No te desanimes, Salvador. Aprovecha este tiempo para aprender otras cosas que te ayuden a ser un mejor futbolista. El fútbol es solo una parte de tu vida, pero hay muchas otras cosas que puedes hacer para crecer como persona y como deportista.
Salvador, siguiendo el consejo de su abuelita, comenzó a leer libros sobre tácticas de juego, a ver videos de partidos legendarios y a practicar ejercicios de fortalecimiento. También descubrió que le gustaba dibujar, por lo que comenzó a crear sus propios diseños de estrategias de juego.
Meses después, cuando su tobillo sanó, Salvador regresó al campo de juego con una mentalidad renovada. Gracias a sus nuevos conocimientos y habilidades, se convirtió en un jugador más completo y estratégico. Su equipo empezó a ganar más partidos, y su desempeño llamó la atención de un cazatalentos que lo invitó a probarse en un equipo juvenil.
- ¡Abuelita, me escogieron para el equipo! ¡Mi sueño está más cerca que nunca! -gritó Salvador, emocionado.
- Te lo dije, Salvador. Nunca dejes de soñar, pero recuerda que el camino hacia tus sueños está lleno de aprendizajes y crecimiento. ¡Estoy muy orgullosa de ti! -respondió su abuelita, con una sonrisa llena de amor.
Y así, Salvador entendió que el fútbol era su pasión, pero que también era importante cultivar otras habilidades y conocimientos. Con esfuerzo, perseverancia y el apoyo de su abuelita, logró acercarse más a su sueño de ser un gran futbolista.
FIN.