El sueño de Sebastián



Sebastián vivía en Esmeralda, una hermosa ciudad costera del Ecuador. Sus padres, María y Juan, eran pescadores, y desde pequeño, Sebastián los acompañaba en sus travesías por el mar.

A pesar de ser muy pequeño, Sebastián soñaba con ser un gran cantante y compartir su música con el mundo. Un día, mientras ayudaba a sus padres a reparar las redes de pesca, escuchó a un turista tocar la guitarra en la playa.

Ese momento mágico despertó en él un deseo aún más fuerte de perseguir su sueño. "¡Papá, mamá, quiero aprender a tocar la guitarra como ese señor!", exclamó emocionado. Sus padres, sorprendidos por su pasión, decidieron buscar la manera de hacer realidad el deseo de Sebastián.

Con esfuerzo y sacrificio, lograron comprarle una guitarra usada. A partir de ese día, Sebastián no se separaba de su instrumento, practicando incansablemente cada acorde y melodía.

A medida que pasaba el tiempo, su habilidad con la guitarra crecía, y su voz comenzaba a resonar con fuerza, alegrando a quienes lo escuchaban. Un día, Sebastián se enteró de un concurso de talentos en la ciudad, y a pesar de los nervios, decidió inscribirse. "¿Crees que podré ganar, mamá?", preguntó ansioso.

"Claro que sí, hijo. Tienes un talento increíble y el corazón lleno de pasión. Eso es lo más valioso", respondió su madre con una sonrisa. Llegó el día del concurso, y Sebastián subió al escenario con su guitarra en mano.

Cantó con el alma, transmitiendo la fuerza de sus raíces y la belleza de sus sueños. Al terminar, el público estalló en aplausos, conmovido por su actuación. Finalmente, el jurado anunció que Sebastián era el ganador del concurso.

Ese día, Sebastián comprendió que con determinación, amor y apoyo, cualquier sueño, por más grande que parezca, puede hacerse realidad.

Desde entonces, su música se convirtió en un faro de inspiración para todos en Esmeralda, y su voz resonó más allá de las olas del mar, llevando un mensaje de esperanza y superación a todos los rincones del mundo.

FIN.

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