El sueño de Stiven



Stiven era un niño muy inquieto y soñador que vivía en la ciudad de Neiva.

Desde pequeño, había imaginado diferentes profesiones a las que le gustaría dedicarse cuando fuera grande, pero lo que más le llamaba la atención era ser militar y servir a su patria. A pesar de su deseo de convertirse en militar, Stiven no era muy aplicado en la escuela. Le costaba prestar atención en clase y sus notas no eran las mejores.

Sin embargo, su determinación por cumplir su sueño lo llevó a tomar una decisión importante: comenzar a estudiar los sábados para mejorar su rendimiento académico y poder ingresar a la academia militar.

Un día, mientras paseaba por el parque de la ciudad, Stiven se encontró con el Sargento Ramírez, un veterano militar que había servido en diversas misiones importantes. El sargento notó el brillo en los ojos de Stiven y decidió entablar una conversación con él. "Hola, jovencito.

Veo que tienes un espíritu valiente. ¿Te gustaría ser militar cuando crezcas?", preguntó el Sargento Ramírez. Stiven asintió emocionado y le contó al sargento sobre su deseo de servir a su país desde las filas del ejército.

"Eso me alegra mucho escucharlo", dijo el sargento con una sonrisa. "Pero para lograrlo, necesitas esforzarte en tus estudios y prepararte adecuadamente". Desde ese día, el Sargento Ramírez se convirtió en mentor de Stiven.

Le ayudaba con sus tareas escolares, le enseñaba disciplina y le contaba historias inspiradoras sobre la vida militar. Gracias al apoyo del sargento y a su propio esfuerzo, Stiven comenzó a destacarse en la escuela.

Los meses pasaron y llegó el momento de postularse para ingresar a la academia militar. Stiven se preparó arduamente para los exámenes físicos e intelectuales, recordando todo lo aprendido junto al Sargento Ramírez.

Finalmente, llegó el día en que recibió la noticia tan esperada: ¡había sido aceptado en la academia militar! Stiven estaba lleno de emoción y gratitud hacia todos los que habían creído en él y lo habían apoyado en su camino. Con dedicación, valentía y perseverancia, Stiven logró cumplir su sueño de convertirse en militar.

Y desde entonces, cada vez que veía ondear la bandera de su país sabía que estaba donde realmente quería estar: sirviendo con orgullo a su patria desde las filas del ejército.

FIN.

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