El Sueño de Susy



madre con una sonrisa en su rostro. Susy siempre había soñado con ser un unicornio. Amaba sus colores brillantes y su cuerno mágico. Así que decidió hacer todo lo posible para convertirse en uno.

Un día, Susy se acercó a su hermano mayor, Lucas, y le pidió ayuda. "Lucas, ¿me puedes ayudar a encontrar un hechizo mágico para convertirme en un unicornio?", preguntó emocionada. Lucas pensó por un momento y luego dijo: "Tengo una idea.

Vamos a buscar al viejo sabio del bosque. Él debe saber cómo ayudarte". Sin perder tiempo, los dos hermanos se adentraron en el espeso bosque en busca del sabio.

Después de caminar durante horas, finalmente encontraron una pequeña cabaña rodeada de flores coloridas. "¡Hola! ¿Hay alguien ahí?", llamó Susy tímidamente. De repente, la puerta se abrió y apareció el viejo sabio del bosque. Tenía barba blanca como la nieve y ojos llenos de sabiduría.

"¿Qué les trae aquí, jóvenes aventureros?", preguntó amablemente el sabio. Susy explicó su deseo de convertirse en un unicornio y le suplicó al sabio que le enseñara cómo hacerlo.

El sabio sonrió gentilmente y dijo: "Mi querida Susy, no necesitas convertirte en algo más para ser especial. Eres perfecta tal como eres". Susy quedó perpleja por las palabras del sabio. No entendía cómo podía ser especial siendo solo un poni.

El sabio continuó: "Cada uno de nosotros tiene algo único que nos hace especiales. Tu alegría y entusiasmo son tus superpoderes. Puedes hacer feliz a las personas a tu alrededor solo con ser tú misma". Susy se sintió abrumada por las palabras del sabio.

Comprendió que no necesitaba ser un unicornio para ser especial y valiosa. Regresó a casa llena de determinación y comenzó a poner en práctica lo que había aprendido.

Comenzó a ayudar en la granja junto a su padre, cuidando de los animales y regalando sonrisas a todos. La noticia sobre Susy se extendió rápidamente por el pueblo. La gente venía de lejos solo para verla y sentir su alegría contagiosa.

Un día, mientras Susy jugaba en el campo, vio algo brillante entre la hierba. ¡Era un cuerno mágico! Sin pensarlo dos veces, lo tomó y corrió hacia su familia para mostrarles su descubrimiento. Todos estaban emocionados al ver el cuerno mágico en manos de Susy.

Pero ella les dijo: "No necesito este cuerno para ser especial. Ya sé quién soy y eso es suficiente". Desde ese día, Susy siguió siendo una poni muy especial y querida por todos en el pueblo.

Aunque nunca se convirtió en un unicornio, siempre llevaba consigo la magia de ser ella misma.

Y así es como Susy aprendió que no importa cómo te veas o qué tengas, sino cómo te sientes contigo mismo y cómo tratas a los demás lo que realmente importa. Y eso es lo que la hizo verdaderamente especial. Fin.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!