El sueño de Tadeo


En un pequeño pueblo llamado Aguas Dulces vivía un niño llamado Tadeo. Desde muy pequeño, Tadeo soñaba con ser un portero profesional de fútbol.

Pasaba horas y horas practicando en el campo del pueblo, deteniendo los disparos de sus amigos y aprendiendo técnicas de los jugadores profesionales que veía por televisión. Un día, mientras estaba entrenando en el campo, llegó el reconocido entrenador de la selección nacional.

Todos se emocionaron al verlo y corrieron hacia él para pedirle autógrafos.

Pero Tadeo no se quedó atrás, decidió acercarse y le preguntó: "Señor entrenador, ¿me podría dar algún consejo para convertirme en un gran golero?"El entrenador miró a Tadeo con una sonrisa y le respondió: "Claro que sí, joven. El primer consejo que te daré es nunca rendirte. El camino para alcanzar tus sueños puede ser difícil y lleno de obstáculos, pero si perseveras siempre podrás lograrlo".

Tadeo tomó ese consejo muy en serio y decidió seguir su sueño sin importar lo que pasara. Entrenaba todos los días después de la escuela e incluso los fines de semana cuando todos sus amigos estaban jugando.

Un día, mientras caminaba por el centro del pueblo con su uniforme puesto, vio un cartel anunciando una competencia local donde buscarían al mejor portero infantil del pueblo. Sin dudarlo ni un segundo, Tadeo decidió inscribirse.

Llegado el día de la competencia, había muchos niños ansiosos por demostrar sus habilidades en el arco. Tadeo estaba un poco nervioso, pero recordó las palabras del entrenador y se sintió más confiado. La competencia comenzó y todos los niños mostraban su destreza bajo los tres palos.

Pero cuando llegó el turno de Tadeo, algo inesperado sucedió. El viento soplaba muy fuerte y desviaba todos los disparos hacia donde él estaba parado. Tadeo no se dejó intimidar por el viento.

Se movía rápidamente, estirándose al máximo para detener cada disparo que venía hacia él. Los espectadores quedaron impresionados con sus habilidades y aplaudieron emocionados. Cuando terminó la competencia, el entrenador de la selección nacional se acercó a Tadeo y le dijo: "Has demostrado ser un verdadero golero, joven.

Tu valentía y perseverancia son admirables". A partir de ese día, Tadeo recibió una beca para entrenar en una famosa academia de fútbol donde podría seguir desarrollando sus habilidades como portero profesional.

Tadeo nunca olvidaría aquel pueblo llamado Aguas Dulces que lo vio crecer como futbolista. Siempre recordaría a sus amigos y vecinos que lo apoyaron en su camino hacia el éxito.

Y así fue como Tadeo cumplió su sueño de convertirse en un gran golero profesional gracias a su pasión por el fútbol, su perseverancia y la confianza en sí mismo.

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