El sueño de Tomás
Había una vez un nene llamado Tomás que tenía 3 años y vivía en una casita rodeada de árboles y flores. A pesar de tener una cama muy cómoda y suave, todas las noches Tomás tenía problemas para dormirse.
Una noche, mientras sus papás lo acostaban, Tomás les dijo: "No puedo dormirme, mamá y papá. Me siento muy inquieto". Sus papás se preocuparon mucho por él y le dijeron: "Tranquilo, Tomás.
Vamos a encontrar la manera de ayudarte a dormir". Al día siguiente, sus papás decidieron llevarlo al parque para jugar durante todo el día con la esperanza de que estuviera tan cansado que no pudiera evitar quedarse dormido por la noche.
Jugaron al fútbol, se columpiaron en los columpios más altos e incluso hicieron una gran carrera hasta llegar al lago del parque. Después de tanto jugar, todos pensaron que Tomás estaría agotado esa noche.
Pero cuando llegó la hora de irse a la cama, el pequeño seguía sin poder cerrar los ojos. Tomás estaba frustrado y triste porque quería descansar pero no podía conciliar el sueño.
Entonces decidió buscar ayuda en sus amigos animales del bosque: el conejito Benjamín, el pajarito Lucas y el osito Matías. —"Amigos" , les dijo Tomás con voz temblorosa,"no puedo dormirme por las noches ¿Me pueden ayudar?". Los tres amiguitos escucharon atentamente a Tomás y decidieron hacer algo especial para ayudarlo.
El conejito Benjamín decidió contarle un cuento muy divertido, el pajarito Lucas le cantaría una bonita canción de cuna y el osito Matías le daría un abrazo reconfortante. Esa noche, cuando Tomás se acostó en su cama, los tres amigos estaban allí para ayudarlo.
El conejito Benjamín comenzó a contar una historia sobre un niño aventurero que viajaba por todo el mundo en busca de tesoros escondidos. Tomás imaginaba cada palabra y poco a poco sus ojos se fueron cerrando.
Luego, el pajarito Lucas entonó su melodiosa canción de cuna mientras volaba alrededor de la habitación. La voz del pajarito era tan dulce que tranquilizaba a Tomás y lo hacía sentir seguro.
Finalmente, el osito Matías le dio un abrazo fuerte y amoroso mientras le susurraba al oído: "Estoy aquí contigo, Tomás. Puedes relajarte y descansar". Tomás sintió cómo la calma invadía su cuerpo y su mente. Finalmente pudo cerrar los ojos y quedarse dormido profundamente.
A partir de esa noche, los tres amigos animales siempre estuvieron allí para ayudar a Tomás a dormir. A veces contando historias nuevas, otras veces cantando diferentes canciones de cuna e incluso solo con abrazos apretados.
Tomás aprendió que tener una rutina tranquila antes de irse a dormir era importante y que siempre podía confiar en sus amigos animales para ayudarlo cuando lo necesitara.
Y así, todos vivieron felices sabiendo que juntos habían encontrado la solución para que Tomás pudiera dormir cada noche y soñar con aventuras maravillosas.
FIN.