El sueño de Tomás



Mi nombre es Tomás y tengo 12 años. Desde que era pequeño, siempre soñé con ser futbolista y jugar en el Barcelona.

Mi mamá me decía que podía lograr cualquier cosa si trabajaba duro para ello, así que empecé a entrenar todos los días después de la escuela. Un día, mientras practicaba mis tiros al arco en el parque, un hombre mayor se acercó a mí.

Era un antiguo jugador profesional del Barcelona y había venido a mi ciudad para buscar talentos jóvenes para el equipo juvenil del club. "Hola chico, ¿puedo ver cómo juegas?" -me preguntó. "¡Claro!"- respondí emocionado. Comenzamos a jugar juntos y él quedó impresionado por mi habilidad en el campo.

Me dijo que tenía mucho potencial y me ofreció la oportunidad de ir a una prueba en Barcelona. "¿En serio? ¡Es lo mejor que me ha pasado nunca! Gracias señor" -le dije con una sonrisa enorme.

Fui a la prueba llena de nervios pero decidido a darlo todo.

Después de varios partidos intensos, recibí noticias increíbles: ¡había sido seleccionado para unirme al equipo juvenil del Barcelona! Estuve muy feliz durante los primeros meses jugando fútbol junto con otros niños talentosos de todo el mundo. Sin embargo, pronto descubrí que no todo era fácil en mi camino hacia la cima. Algunas veces perdía partidos importantes o cometía errores costosos durante los juegos.

Estaba desanimado porque pensé que estaba fallando demasiado seguido y no estaba cumpliendo mis expectativas ni las expectativas del entrenador. Pero un día, cuando estaba a punto de rendirme, el entrenador me llamó a su oficina.

"Tomás, sé que has estado luchando últimamente, pero quiero que sepas algo: no importa cuánto falles o cuántos errores cometas en el campo. Lo importante es cómo te recuperas y sigues adelante. Siempre debes tener la actitud correcta y nunca rendirte".

Esa charla me ayudó mucho a superar mis miedos y dudas. Me di cuenta de que todos los grandes jugadores han fallado muchas veces antes de alcanzar sus sueños. Así que seguí trabajando duro y mejorando mi juego cada día.

Finalmente, después de varios años en el equipo juvenil del Barcelona, recibí noticias increíbles: ¡me habían seleccionado para jugar en el equipo principal del Barcelona! Fue un momento emocionante e inolvidable para mí.

Todo mi trabajo duro había valido la pena y estaba a punto de cumplir mi sueño de jugar en uno de los mejores equipos del mundo. Ahora soy un jugador profesional exitoso gracias al apoyo constante de mi familia, amigos y entrenadores que siempre creyeron en mí.

Y aunque todavía tengo muchos desafíos por delante, estoy seguro de que con perseverancia y dedicación puedo seguir mejorando mi juego cada día.

Mientras tanto, sigo recordándome las palabras sabias del entrenador: nunca rindas ante tus sueños sin importar lo difícil o imposible que parezcan alcanzar. Con trabajo duro y una actitud positiva puedes lograr cualquier cosa que te propongas.

FIN.

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