El sueño de Tomás



Había una vez un pequeño pueblo en Argentina llamado Villa Messi. En este lugar vivían muchos niños y niñas que soñaban con convertirse en futbolistas profesionales como su ídolo, Lionel Andrés Messi cucittini.

En ese pueblo también vivía un niño llamado Tomás, quien era muy talentoso para jugar al fútbol pero a veces se sentía desanimado porque no era tan alto o rápido como los demás niños.

Sin embargo, Tomás tenía un corazón lleno de pasión por el fútbol y siempre se esforzaba al máximo en cada entrenamiento.

Un día, mientras Tomás jugaba en el campo del pueblo, llegó una noticia sorprendente: ¡Messi iba a visitar Villa Messi! Todos los niños estaban emocionados y ansiosos por conocer a su ídolo. Pero había un problema: solo algunos pocos podrían participar en una competencia para tener la oportunidad de conocer a Messi.

Tomás sabía que esta era su oportunidad de demostrarle a todos que no importaba su altura o velocidad, sino su amor por el juego. Decidió inscribirse sin dudarlo y comenzó a entrenar aún más duro para estar preparado. El día de la competencia finalmente llegó.

Los niños del pueblo se reunieron en el estadio local donde se llevaría a cabo la prueba. Había obstáculos difíciles que debían superar: carreras rápidas, tiros precisos al arco e incluso driblar entre varios defensores.

Uno por uno, los niños fueron eliminados hasta que solo quedaron dos finalistas: Tomás y otro chico llamado Pedro. La última prueba consistía en marcar un gol desde fuera del área con un tiro libre.

Tomás estaba nervioso, pero recordó las palabras de Messi: "El tamaño no importa, lo que importa es el corazón y la dedicación". Se concentró y pateó la pelota con todas sus fuerzas. ¡Gol! La pelota entró en el arco sin tocar siquiera el travesaño. Los niños del pueblo estallaron en aplausos y gritos de alegría.

Tomás había ganado la competencia y tendría la oportunidad de conocer a su ídolo Messi. Estaba emocionado pero también se sentía orgulloso de sí mismo por haber demostrado que nunca debemos rendirnos, sin importar nuestras limitaciones.

Al día siguiente, Messi llegó a Villa Messi para conocer al pequeño Tomás. Fue una experiencia inolvidable para ambos.

Messi le contó a Tomás cómo él también tuvo dificultades cuando era joven, pero siempre creyó en sí mismo y trabajó duro para alcanzar sus sueños. Desde ese día, Tomás se convirtió en una inspiración para los demás niños del pueblo. Todos aprendieron que el verdadero valor está en el esfuerzo y la pasión que ponemos en lo que amamos hacer.

Y así termina nuestra historia, recordándonos que no importa cuán grandes o pequeños seamos, todos podemos lograr grandes cosas si tenemos fe en nosotros mismos y nunca dejamos de luchar por nuestros sueños.

¡Siempre recuerda jugar con el corazón como Lionel Andrés Messi cucittini!

FIN.

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