El sueño de traer a Michael Jackson a Alegría
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Alegría, donde vivían Arturo y sus amigos Alan, Matteo, Diego Montes y Félix. También estaban sus amigas Ariana, Ángela y Yirene.
Juntos formaban un grupo muy unido que siempre se divertía jugando y compartiendo momentos especiales.
Un día, mientras estaban en el parque disfrutando del sol y la brisa fresca, Arturo tuvo una idea emocionante: ¡querían que Michael Jackson los visitara en su pueblo! Todos se entusiasmaron al instante con la idea de conocer al famoso cantante y bailarín. "¡Sería genial si Michael Jackson viniera a vernos!", exclamó Alan con emoción. "Sí, podríamos mostrarle lo divertido que es nuestro pueblo", agregó Matteo sonriendo.
"¡Imaginen las canciones que podríamos bailar juntos!", dijo Diego Montes entusiasmado. Así que decidieron ponerse manos a la obra para lograr su objetivo. Primero escribieron cartas llenas de coloridos dibujos y mensajes cariñosos invitando a Michael Jackson a visitar Alegría.
Luego organizaron una coreografía especial al ritmo de sus canciones favoritas para demostrarle cuánto lo admiraban. Los días pasaron y la ansiedad por recibir una respuesta crecía en el grupo de amigos.
Hasta que finalmente, una mañana soleada recibieron una sorpresa inesperada: ¡una carta con el sello del mismísimo Michael Jackson! Con manos temblorosas abrieron el sobre y leyeron con alegría las palabras del cantante: "Queridos amigos de Alegría, me ha llegado su cálida invitación y me encantaría visitar su pueblo para compartir música y baile juntos.
Estaré allí muy pronto. Con cariño, Michael Jackson". La emoción invadió los corazones de Arturo y sus amigos. Rápidamente comenzaron los preparativos para recibir a su ilustre invitado.
Decoraron el parque con globos de colores, armaron un escenario improvisado e invitaron a todo el pueblo a unirse a la fiesta. Finalmente llegó el gran día en que Michael Jackson pisaría tierras de Alegría.
El ambiente estaba cargado de felicidad y expectativa mientras todos esperaban ansiosamente su llegada. Y entonces, cuando el sol empezaba a ocultarse en el horizonte, apareció en escena nada más ni nada menos que Michael Jackson. Con su sombrero brillante y sus pasos de baile inconfundibles hizo vibrar al público presente.
"¡Bienvenido a Alegría!", exclamó Arturo emocionado. "Gracias por invitarme", respondió Michael con una sonrisa contagiosa. La noche se llenó de música, risas y bailes desenfrenados.
Los niños disfrutaron cada segundo junto a su ídolo compartiendo historias e intercambiando pasos de baile como verdaderos amigos. Al finalizar la velada, entre aplausos y abrazos sinceros, Michael Jackson se despidió prometiendo volver algún día para revivir esos momentos tan especiales en Alegría.
Y así terminó esta historia llena de sueños cumplidos gracias a la amistad sincera, la perseverancia y la magia del amor por la música. Porque cuando trabajamos juntos por un objetivo común, ¡todo es posible!
FIN.