El sueño del árbol valiente


Había una vez en un hermoso jardín, una pequeña semilla que soñaba con convertirse en un gran árbol.

Desde el día en que cayó al suelo, miraba hacia arriba y veía a los árboles altos y frondosos balanceándose con el viento. La semilla anhelaba ser como ellos, pero no sabía cómo lograrlo. Un día de primavera, mientras la lluvia caía suavemente sobre la tierra, la semilla decidió hablar con los demás seres del jardín para obtener consejos.

Se acercó a una mariposa colorida y le preguntó:-¡Hola mariposa! ¿Sabes cómo puedo convertirme en un árbol? La mariposa voló alrededor de la semilla y respondió amablemente:-Querida semilla, para convertirte en un árbol debes enterrar tus raíces profundamente en la tierra y absorber los nutrientes del suelo.

Luego, necesitas beber agua de las lluvias y crecer poco a poco. La semilla agradeció a la mariposa por su valioso consejo y se propuso seguir sus instrucciones.

Con mucho esfuerzo, comenzó a enviar sus raíces hacia abajo buscando nutrientes. Sin embargo, cuando alcanzaron cierta profundidad, encontraron una piedra enorme que bloqueaba el camino. La semilla se desanimó porque pensó que nunca podría superar ese obstáculo.

Justo en ese momento apareció un lombriz de tierra llamada Luisito y dijo:-Hola semillita triste ¿qué te pasa? La semilla le contó a Luisito sobre la piedra y cómo no podía crecer más. Luisito sonrió y dijo:-No te preocupes, amiguita semilla.

Yo puedo ayudarte a mover esa piedra para que puedas seguir creciendo. Con trabajo en equipo, la lombriz de tierra y la semilla lograron mover la piedra y continuar su camino hacia abajo. La semilla estaba emocionada por las posibilidades que se abrían ante ella.

Pero entonces, una fuerte tormenta llegó al jardín con vientos huracanados que azotaban todo a su paso. La pequeña semilla temblaba de miedo mientras el viento soplaba furiosamente.

Justo cuando pensaba rendirse, un pájaro llamado Pablo se acercó volando y le dijo:-¡No te rindas, valiente semillita! Si resistes esta tormenta, podrás fortalecerte y convertirte en un árbol aún más poderoso.

La semilla encontró fuerzas dentro de sí misma para aferrarse al suelo con todas sus fuerzas mientras el viento rugía a su alrededor. Después de la tormenta, se dio cuenta de que había sobrevivido y estaba lista para seguir creciendo. Los días pasaron y poco a poco la pequeña semilla comenzó a brotar del suelo.

Sus raíces se hicieron más fuertes cada día, absorbiendo los nutrientes del suelo y bebiendo agua de las lluvias como le había dicho la mariposa. El sol brillaba sobre ella dándole energía para crecer cada vez más alto.

Pronto, la pequeña semilla se convirtió en un árbol majestuoso, con ramas llenas de hojas verdes y flores coloridas. Desde lo alto, el árbol miraba hacia abajo y agradecía a todos aquellos que le habían ayudado en su camino.

A la mariposa, a Luisito y al pájaro Pablo. Sin ellos, nunca hubiera logrado convertirse en el hermoso árbol que siempre había soñado ser.

Y así fue como una pequeña semilla demostró que con perseverancia, trabajo en equipo y superando los obstáculos, cualquier sueño puede hacerse realidad.

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