El Sueño del Caballo y el Pájaro Alemán



En un frondoso bosque, lleno de árboles altos y flores de todos los colores, vivía un caballo llamado Raúl. Raúl era un caballo curioso y soñador, que pasaba sus días trotando entre los caminos de tierra, pero su mayor anhelo era viajar a Alemania.

Un día, mientras pastaba cerca de un arroyo, Raúl conoció a un pájaro llamado Hans. Hans era un pájaro alegre con plumas amarillas y una pequeña cinta tricolor alrededor del cuello que representaba la bandera de su país. Al ver a Raúl, se posó en el tronco de un árbol y cantó una hermosa melodía.

"¡Hola! Yo soy Hans, el pájaro viajero. ¿Y tú?"

"Hola, Hans. Soy Raúl. Estoy soñando con viajar a Alemania en avión. ¿Tú has estado allí?" respondió el caballo.

"¡Oh, sí! He volado sobre montañas y lagos en Alemania. Es un país hermoso. Pero, ¿cómo piensas viajar en avión si eres un caballo?" preguntó Hans, curioso.

Raúl bajó la cabeza, un poco desanimado.

"No lo sé, pero he escuchado que los sueños se hacen realidad si crees en ellos y te esfuerzas. ¡Quiero ver el castillo de Neuschwanstein y comer pretzels!"

Hans, viendo la determinación de Raúl, decidió ayudarlo.

"¡Tengo una idea! Podríamos hacer una competencia de talentos y mostrarle a la gente del bosque lo increíbles que somos. Si ganamos, podemos conseguir que alguien nos ayude a viajar juntos a Alemania."

Raúl se iluminó al escuchar la propuesta. Pronto comenzaron a ensayar: Raúl saltaba imponentemente sobre troncos, mientras Hans hacía acrobacias en el aire. Se prepararon durante semanas, ensayando sus actos y perfeccionando sus habilidades.

Finalmente, llegó el día de la competencia. Muchos animales del bosque se reunieron para ver el espectáculo. Al principio, hubo un desfile de talentos: ardillas bailando, zorros contando chistes, ¡y hasta una tortuga que pintaba cuadros!

Cuando fue su turno, Raúl y Hans subieron al escenario. El caballo galopó con gracia, mientras el pájaro volaba dando vueltas alrededor de él, mostrando sus piruetas. todos los animales quedaron fascinados.

"¡Vamos, Raúl! ¡Eres el mejor!" gritó una cierva emocionada.

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"¡Hans, tú también! ¡Son un gran equipo!" exclamó un conejo.

Cuando terminaron, la multitud estalló en aplausos, rugidos y grazias. Al finalizar la competencia, el jurado deliberó y finalmente anunció al ganador: ¡Raúl y Hans!

Con alegría, recibieron un trofeo especial y, lo más importante, un pasaje en un avión que volaría hacia Alemania. El día de su viaje, el bosque se despidió con risas y buenas vibras.

Ya en el avión, Raúl miraba por la ventanilla con los ojos llenos de emoción.

"¡Mirá Hans! ¡Estamos volando! ¡Estamos cumpliendo nuestro sueño!"

"¡Sí, Raúl! Nunca olvides que los sueños son el primer paso hacia la aventura. Todo es posible si se trabaja en equipo."

Cuando llegaron a Alemania, se sorprendieron con la belleza del lugar. Visitaron el castillo de Neuschwanstein, probaron pretzels y observaron cómo los pájaros volaban en increíbles formaciones. Raúl y Hans se convirtieron en los mejores amigos y compartieron muchas otras aventuras juntos, conociendo nuevos lugares y amigos, mientras siempre recordaban el día en que decidieron seguir sus sueños.

Y así, en un pequeño bosque lleno de magia, un caballo y un pájaro demostraron que con esfuerzo y amistad, cualquier sueño se puede cumplir.

FIN.

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