El sueño del Parque Nacional Iguazú



Había una vez un hombre llamado Alejandro, quien vivía en la ciudad de Buenos Aires. Todos los días, Alejandro se levantaba temprano para ir a su trabajo en una fábrica.

Aunque era un trabajo duro y monótono, Alejandro siempre mantenía una sonrisa en su rostro. Alejandro tenía una esposa llamada Marta y dos hijos pequeños, Sofía y Mateo. A pesar de que no tenían mucho dinero, la familia siempre estaba llena de amor y alegría.

Pero Alejandro soñaba con darles más a sus seres queridos.

Un día, mientras caminaba hacia el trabajo, Alejandro notó un cartel en la ventana de una tienda que decía: "¡Gana un viaje al Parque Nacional Iguazú!" Esto despertó algo dentro de él. Si ganara ese viaje, podría llevar a su familia a conocer las hermosas cataratas y disfrutar de unas vacaciones inolvidables juntos.

Sin pensarlo dos veces, Alejandro entró a la tienda para averiguar cómo podía participar en el concurso. El dueño le explicó que debía completar un formulario y responder correctamente tres preguntas sobre la naturaleza y los animales del parque. Alejandro se emocionó mucho ante este desafío.

Decidió estudiar todas las noches después del trabajo para asegurarse de que estaría preparado para responder correctamente las preguntas. Durante semanas enteras, Alejandro investigó sobre el Parque Nacional Iguazú. Leyó libros, miró documentales e incluso visitó sitios web especializados en vida silvestre.

El día del concurso finalmente llegó. Habían muchos participantes esperando su turno para responder las preguntas frente a un gran público. Alejandro estaba nervioso, pero también lleno de determinación. Llegó su turno y el presentador le hizo las tres preguntas.

Alejandro respondió con confianza y precisión cada una de ellas. El público aplaudió al escuchar sus respuestas correctas. El presentador anunció que Alejandro había ganado el viaje para él y su familia. La emoción invadió a Alejandro; no podía creerlo.

Estaba tan feliz que no pudo evitar abrazar al presentador en agradecimiento. Con el premio en mano, Alejandro regresó a casa esa noche con una sonrisa aún más grande en su rostro.

Llamó a Marta y les contó la emocionante noticia a ella y a los niños. La familia entera se alegró muchísimo por el logro de Alejandro. Juntos comenzaron a planear su viaje al Parque Nacional Iguazú, imaginando todas las aventuras que tendrían allí.

Finalmente llegó el día del viaje y la familia partió hacia las cataratas de Iguazú.

Durante esos días, disfrutaron de la belleza natural del parque, exploraron senderos llenos de vida silvestre e incluso tuvieron la oportunidad de ver arcoíris formados por las cascadas. Alejandro se sintió orgulloso de haber perseguido su sueño y haber trabajado duro para lograrlo. Comprendió que si uno tiene una visión audaz y un corazón lleno de esperanza, puede superar cualquier obstáculo para alcanzar sus metas.

A partir de ese momento, Alejandro decidió nunca dejar morir sus sueños y siempre buscar nuevas oportunidades para hacer felices a sus seres queridos.

Y así, la familia de Alejandro vivió muchas más aventuras juntos, siempre recordando el viaje que los inspiró a seguir soñando en grande.

FIN.

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