El Sueño Espacial de Jesús



Había una vez en un pequeño pueblo de la provincia, un joven llamado Jesús. Desde que era apenas un niño, Jesús había soñado con ser astronauta.

Pasaba horas mirando las estrellas en el cielo y leyendo libros sobre el espacio. Su habitación estaba llena de posters de cohetes y planetas, y siempre se emocionaba cada vez que veía pasar por la televisión una noticia sobre la exploración espacial.

Jesús era un chico aplicado e inteligente en la escuela. Siempre sacaba buenas notas y se esforzaba al máximo en todas sus asignaturas. Sabía que si quería cumplir su sueño de ser astronauta, debía prepararse desde ahora.

Por eso, dedicaba todo su tiempo libre a estudiar matemáticas, física y ciencias. Un día, mientras Jesús caminaba por el parque del pueblo pensando en cómo alcanzar su meta, escuchó a lo lejos una conversación entre dos ancianos que estaban sentados en un banco.

"-Dicen que van a seleccionar a jóvenes para entrenar como astronautas", comentó uno de los ancianos. Jesús no podía creer lo que estaba escuchando.

¿Una oportunidad para convertirse en astronauta? Sin dudarlo un segundo más, corrió hacia su casa para investigar más sobre esta increíble noticia. Después de horas de búsqueda en internet, finalmente encontró la convocatoria para jóvenes aspirantes a astronautas. Debían pasar por varias pruebas físicas y mentales para demostrar su capacidad y determinación.

Sin embargo, Jesús sabía que no sería fácil llegar hasta allí. Decidió hablar con sus padres sobre su sueño de convertirse en astronauta. Al principio estaban sorprendidos por la ambición de Jesús, pero al ver lo decidido que estaba, le brindaron todo su apoyo incondicional.

Con mucho esfuerzo y dedicación, Jesús comenzó a prepararse para las pruebas de selección. Se levantaba temprano todas las mañanas para hacer ejercicio físico y repasar sus conocimientos científicos.

Además, buscó la ayuda de profesores particulares que lo guiaron en su preparación académica. El día de las pruebas finales llegó rápidamente. Jesús se sentía nervioso pero confiado en sus habilidades.

Pasó cada desafío con determinación y valentía, demostrando que estaba realmente comprometido con su sueño de ser astronauta. Finalmente, llegó el momento esperado: los resultados finales fueron anunciados frente a todos los candidatos reunidos en el centro de selección. Uno a uno fueron nombrados los jóvenes elegidos para formar parte del programa espacial.

"-¡Y el último seleccionado es... Jesús!", anunciaron los evaluadores. Jesús no podía creerlo. Sus ojos se llenaron de lágrimas al escuchar su nombre resonando en el lugar.

Había logrado superar todas las adversidades y cumplir su mayor anhelo: convertirse en astronauta. A partir de ese momento, la vida de Jesús dio un giro completo. Se mudó a la ciudad donde recibiría entrenamiento especializado junto con otros jóvenes talentosos como él.

Aprendió a pilotar naves espaciales, realizar experimentos científicos en gravedad cero y trabajar en equipo con sus compañeros tripulantes.

Después de años de arduo trabajo y sacrificio, finalmente llegó el día tan esperado: ¡su primera misión al espacio! Jesús abordó la nave con emoción contenida pero también con determinación absoluta. Mientras flotaba ante la inmensidad del universo desde la ventanilla espacial, recordaba todo lo vivido hasta llegar ahí. Los sacrificios, el estudio constante, el apoyo incondicional ;pero sobretodo aquel niño soñador e incansable.

Al regresar a casa después del exitoso viaje espacial, fue recibido como un héroe por toda su comunidad. Todos admiraban al joven proveniente del pequeño pueblo quien había logrado llegar tan lejos siguiendo sus sueños.

Desde entonces, Jesùs continuò explorando nuevos mundos, inspirando a miles niños quiénes también soñaban con tocar las estrellas algún día. Y así fue como aquel joven llamado Jesus demostrò al mundo entero Que cuando se tiene pasiòn, determinaciòn, y fe nada es imposible.

Porque los verdaderos héroes son aquellos capaces desuperar todas las adversidades sin perder jamás esa luz infinita qué hay dentro : la llama eterna e indestructible dela esperanza.

FIN.

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