El Sueño Lunar de Sebastián
Un día, mientras jugaba en su jardín, Sebastián levantó la vista al cielo y vio la luna brillando en todo su esplendor. Quedó maravillado y se preguntó cómo sería caminar sobre ella.
Desde ese momento, decidió que quería viajar a la luna. Sebastián comenzó a investigar todo lo relacionado con el espacio y la exploración lunar. Leyó libros, miró documentales y habló con todos los adultos que conocía sobre el tema.
Pero pronto se dio cuenta de que no sería fácil lograr su sueño. "¿Cómo voy a llegar a la luna?"- se preguntaba Sebastián.
Un día, mientras paseaba por el parque cercano a su casa, conoció a un anciano muy sabio que estaba sentado en un banco alimentando palomas. El anciano notó el interés de Sebastián por el espacio y le preguntó qué quería hacer cuando fuera grande. "Quiero viajar a la Luna"- respondió Sebastián entusiasmado.
El anciano sonrió y le dijo:"Eso es una meta muy grande para alguien tan joven como tú. Pero no te desanimes por eso. Siempre hay formas de alcanzar nuestros objetivos si trabajamos duro".
El anciano contó historias sobre grandes personas como Neil Armstrong quien fue el primer hombre en pisar la Luna, Buzz Aldrin quien también llego allí o Yuri Gagarin quien fue el primer hombre en ir al espacio exterior; inspirando así a Sebastián aún más.
Sebastián volvió emocionado a su casa e hizo un plan para cumplir su sueño: estudiar mucho, aprender matemáticas avanzadas, física y todo lo que pudiera sobre el espacio. También decidió que iba a ahorrar dinero para poder comprar un telescopio para ver la luna más cerca.
Los días pasaron, y Sebastián se enfocó en su plan. Estudiaba todos los días después de la escuela, hacía ejercicios mentales y leía todo lo relacionado con el espacio.
Además comenzó a trabajar haciendo pequeñas tareas en casa para ganar algo de dinero. Un día, mientras miraba por su telescopio al cielo nocturno, Sebastián vio una estrella fugaz cruzando el cielo. Haciendo un deseo con fuerza, pidió que algún día pudiera viajar a la Luna.
"¡Sería increíble!"- pensó emocionado Sebastián. Pasaron los años y Sebastián nunca perdió su sueño de viajar a la Luna. Continuó estudiando duro e incluso decidió estudiar ingeniería espacial en la universidad.
Pero sabía que aún tenía un largo camino por recorrer antes de cumplir su sueño. Un día recibió una llamada sorprendente: había sido seleccionado para participar en una misión tripulada hacia la Luna como parte de una expedición internacional.
Sebastián no podía creerlo; era su oportunidad de vivir lo que siempre había soñado. Trabajando junto a otros astronautas internacionales, logró llegar finalmente al satélite natural terrestre y caminó sobre él dejando sus huellas marcadas junto con las del equipo internacional.
"¡Lo logré! ¡Estoy caminando sobre la Luna!"- gritaba emocionado Sebastián mientras saltaba como un astronauta. Desde ese día, Sebastián nunca dejó de soñar en grande. Sabía que si trabajaba duro y se esforzaba, cualquier cosa era posible.
Y así fue como Sebastián, el niño curioso, cumplió su sueño de viajar a la Luna gracias a su perseverancia y pasión por la exploración espacial.
FIN.