El Sueño Mágico de Diego y Margarita
Diego era un niño muy travieso y alegre que vivía en la bulliciosa ciudad de Buenos Aires. Le encantaba corretear por las calles, jugar en los parques y sobre todo, amaba a los animales.
Tenía una colección de peluches que no paraba de crecer, pero su favorito era —"Margarita" , una vaca blanca con manchas negras. Una noche, después de un día lleno de juegos y risas, Diego se quedó profundamente dormido.
De repente, en medio de la oscuridad, comenzó a soñar. Se encontraba en un prado verde y hermoso, rodeado de árboles frondosos y flores de colores brillantes. De pronto, apareció Margarita trotando hacia él con una gran sonrisa en el rostro.
Diego no podía creerlo: ¡su peluche favorito estaba cobrando vida! La vaca se acercó a él y le dijo:"¡Hola Diego! Soy Margarita, tu amiga.
¿Quieres venir conmigo a conocer a mis amigos del prado?"Diego asintió emocionado y tomó la mano de Margarita. Juntos comenzaron a caminar por el prado, donde se encontraron con otros animales igualmente simpáticos: una oveja saltarina llamada Ramón, un caballo majestuoso llamado Estrella y un simpático cerdito llamado Chanchi.
Cada uno de los animales les mostraba al pequeño Diego sus habilidades únicas: Ramón le enseñó a saltar entre las nubes, Estrella lo llevó a dar un paseo veloz por el campo y Chanchi lo hizo reír con sus travesuras. "¡Esto es increíble!", exclamaba Diego maravillado.
El sueño parecía durar para siempre mientras Diego jugaba y reía con sus nuevos amigos. Sin embargo, algo inesperado sucedió: unas nubes oscuras empezaron a cubrir el cielo azul y todo se tornó gris y sombrío.
"¡Oh no! ¡Se avecina una tormenta!", gritó Estrella preocupada. Los animales corrieron buscando refugio bajo un árbol gigante mientras los truenos retumbaban en el cielo. Diego estaba asustado pero recordó algo importante: había aprendido que juntos podían enfrentar cualquier desafío.
"Tranquilos amigos", dijo Diego con determinación. "¡Vamos a protegernos unos a otros!"Con valentía, cada animal usó sus habilidades para mantenerse seguros durante la tormenta.
Margarita lo abrazaba fuerte para que no sintiera miedo; Ramón compartió su lana para abrigarlo; Estrella lo protegió con su cuerpo imponente; Chanchi le hizo cosquillas para sacarle una sonrisa. Finalmente, la tormenta pasó dejando paso al sol brillante nuevamente.
Los animales miraron a Diego con cariño y admiración por su valentía ante la adversidad. "Gracias por estar siempre allí", dijo Diego emocionado. "Y gracias a ti por recordarnos que juntos somos más fuertes", respondió Margarita con amor.
Poco a poco el sueño fue desvaneciéndose hasta que finalmente despertó en su cama acogedora junto a —"Margarita" , su fiel compañera de aventuras tanto dentro como fuera del mundo onírico.
Desde ese día, Diego supo que siempre tendría amigos dispuestos a cuidarlo y acompañarlo en cada travesura o desafío que se presentara gracias al increíble sueño donde descubrió el verdadero valor de la amistad incondicional.