El sueño perdido



Había una vez una niña llamada Emma, que tenía 5 años y siempre estaba llena de energía.

Sin embargo, un día algo extraño sucedió: ¡Emma perdió su sueño! Por las noches, solía dormir profundamente y despertarse llena de energía al día siguiente. Pero esta vez, el sueño simplemente desapareció. Emma se sentía confundida y preocupada. No entendía por qué no podía dormir como antes.

Su mamá intentaba calmarla diciendo: "No te preocupes, cariño, seguro que es solo una fase". Pero Emma estaba decidida a encontrar una solución. Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos Tomás y Sofía, Emma les contó sobre su problema del sueño perdido.

Los dos amigos se sorprendieron y ofrecieron ayudarla a recuperarlo. "¡Tenemos que buscar respuestas!", exclamó Tomás. "Sí", estuvo de acuerdo Sofía, "tal vez necesitamos descubrir qué lo hizo desaparecer".

Juntos comenzaron a investigar en libros sobre el sueño y preguntaron a los adultos sabios del pueblo si habían oído alguna vez algo similar. Todos parecían desconcertados por la situación de Emma.

Finalmente, después de mucho buscar e investigar en la biblioteca del pueblo, encontraron un libro antiguo que hablaba sobre los sueños mágicos. Según el libro, había un lugar especial donde todos los sueños descansaban cuando alguien los perdía: El Bosque Encantado.

Sin perder tiempo alguno, los tres amigos se dirigieron hacia el Bosque Encantado para encontrar las respuestas que tanto anhelaban. Mientras caminaban entre los árboles altos y frondosos, comenzaron a escuchar un suave susurro. "¿Escuchan eso?", preguntó Emma emocionada. "Sí, parece que el bosque quiere decirnos algo", respondió Sofía con curiosidad.

Siguiendo el sonido, llegaron a un pequeño claro donde encontraron una hada llamada Luna. Ella era la guardiana de los sueños perdidos y supo de inmediato lo que había sucedido con Emma.

"Querida Emma, tu sueño se perdió porque estás llena de preocupaciones y miedos. Estas emociones están impidiéndote descansar adecuadamente", explicó Luna. Emma asintió tristemente mientras las lágrimas llenaban sus ojos.

Sabía que tenía muchas cosas en su mente: la escuela, hacer amigos nuevos y aprender cosas nuevas le causaban ansiedad. Luna les dio a los tres amigos una poción mágica especial para ayudar a Emma a superar sus preocupaciones y miedos.

Les dijo que debían tomarla antes de irse a dormir para liberar las cargas emocionales y permitir que el sueño regresara. Esa noche, Emma bebió la poción junto con Tomás y Sofía antes de acostarse. Cerró los ojos con fuerza e intentó relajarse mientras repetía en su mente: "No tengo nada de qué preocuparme".

Cuando abrió los ojos por la mañana siguiente, vio algo maravilloso: ¡su sueño había regresado! Se sentía descansada y lista para enfrentar un nuevo día lleno de aventuras.

A partir de ese día, Emma aprendió la importancia de enfrentar sus preocupaciones y miedos. Comprendió que era normal tenerlos, pero también entendió que no debían controlar su vida ni robarle su sueño.

Emma y sus amigos continuaron explorando el Bosque Encantado y ayudando a otros niños a encontrar sus sueños perdidos. Juntos descubrieron que con valentía, amistad y una poción mágica especial, todos podían superar los obstáculos que les impedían dormir tranquilamente.

Y así, Emma vivió felizmente sabiendo que siempre estaría lista para enfrentar cualquier desafío, mientras disfrutaba cada noche de un sueño tranquilo y reparador. Fin.

FIN.

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