El susurro de la noche
Érase una vez en un pequeño pueblo rodeado de bosques frondosos, vivía un niño llamado Mateo. Una noche, mientras Mateo se encontraba solo en su habitación, escuchó un suave susurro que provenía del armario.
Intrigado, se acercó lentamente y abrió la puerta, pero no había nada. Sin embargo, el susurro continuaba, cada vez más fuerte. Asustado, Mateo decidió ir a la habitación de sus padres, pero al intentar abrir la puerta, esta se encontraba inexplicablemente trabada.
El susurro se transformó en risas burlonas, y sintió un escalofrío recorrer su espalda. Mateo buscó desesperadamente una salida, pero todas las puertas y ventanas estaban selladas. Finalmente, el susurro se detuvo de golpe y quedó en total silencio.
Mateo, con el corazón latiendo a mil por hora, logró abrir la puerta de sus padres y corrió hacia ellos, contándoles lo ocurrido. Juntos, buscaron una explicación y descubrieron que el susurro provenía de un pequeño animal atrapado en el conducto de ventilación.
Al liberarlo, el susurro cesó por completo, y el alivio invadió la habitación. Desde ese día, Mateo aprendió que, a veces, el miedo proviene de lo desconocido, y que enfrentarlo con valentía puede traer paz y tranquilidad.
FIN.