El Susurro del Bosque Tenebroso



Había una vez un bosque muy tenebroso al que nadie se atrevían a entrar. Los árboles eran tan altos que parecían tocar las nubes y el sol apenas lograba atravesar las ramas. En ese bosque oscuro vivían dos amigos: Lila, una curiosa niña con una hermosa cabellera rizada y su valiente compañero, un pequeño perro llamado Pipo, con una cola siempre moviéndose.

Una tarde, mientras exploraban los alrededores de su pueblo, Lila y Pipo se encontraron con la entrada del bosque.

"Mirá lo misterioso que se ve, Pipo. ¿Te animás a entrar?" - preguntó Lila, con su corazón latiendo rápido por la emoción.

"Guau, guau!" - respondió Pipo, ladrando entusiasmado.

Sin pensarlo dos veces, los dos amigos decidieron aventurarse en el bosque. A medida que se adentraban, la luz del sol se desvanecía y los árboles parecían susurrar secretos. .

"¿Escuchás eso, Pipo?" - preguntó Lila.

"Guau... suena raro..." - respondió el perro, levantando las orejas.

Continuaron avanzando entre sombras, hasta que se encontraron con un claro. En el centro del claro había un viejo árbol con un rostro tallado, que parecía mirarlos. Lila se acercó intrigada.

"Hola, amigo árbol. ¿Qué secretos escondés?" - preguntó Lila.

"Soy el Guardián del Bosque Tenebroso. Solo los valientes pueden deambular en mi hogar", contestó el árbol en un tono suave pero grave.

De pronto, una ráfaga de viento hizo que las ramas chasqueen fuertemente.

"Esto se está poniendo un poco aterrador, ¿no creés, Pipo?" - dijo Lila, volviéndose hacia su amigo.

"Guau, sí, Lila. Pero debemos seguir adelante. Tal vez podamos descubrir algo increíble" - respondió Pipo, guiñándole un ojo.

"Tenés razón, no podemos rendirnos." - dijo Lila con determinación.

Siguieron caminando, cuando de repente, escucharon un llanto proveniente de un arbusto cercano.

"¿Quién está ahí?" - preguntó Lila, acercándose con cuidado. Al apartar las ramas, encontraron a un pequeño búho atrapado.

"¡Ayuda! No puedo salir de aquí" - gimió el búho, con sus ojos grandes llenos de lágrimas.

"No te preocupes, ¡te ayudaremos!" - dijo Lila, mirando a Pipo.

Juntos, utilizaron todas sus fuerzas y lograron liberar al búho.

"¡Gracias, amigos! Yo soy Migo, el búho. Sin ustedes, habría estado atrapado para siempre. Como agradecimiento, les mostraré el camino de vuelta a casa y les contaré un secreto del bosque." - dijo el búho, revoloteando alegremente.

"¡Qué bueno!" - exclamó Lila.

Migo los llevó por un sendero luminoso que emergía entre los árboles.

"¿Y cuál es ese secreto?" - preguntó Pipo con curiosidad.

"Este bosque parece aterrador, pero esconde magia y bondad. Siempre que ayudes a alguien, el bosque te protegerá. " - explicó Migo.

Lila se sintió aliviada.

"Entonces no hay de qué tener miedo. ¡Podemos ser valientes y amables al mismo tiempo!" - dijo emocionada.

"Exactamente, Lila. La valentía no solo está en enfrentar lo desconocido, sino en ayudar a quienes lo necesitan" - respondió Migo.

Finalmente, llegaron a la salida del bosque, y Lila se despidió de Migo.

"Melahorra. ¡Nunca olvidaremos este día!" - le dijo Lila, y Pipo ladró en señal de acuerdo.

"Siempre estarán en mi corazón. Recuerden: cada acto de bondad hace brillar el bosque aún más" - dijo el búho, antes de volar hacia el interior del bosque.

Lila y Pipo volvieron a su pueblo llenos de historias. Aprendieron que no siempre lo que parece aterrador es malo y que un buen corazón puede cambiarlo todo. Desde entonces, el bosque tenebroso ya no les daba miedo, sino que se convirtió en un lugar de aventuras y aprendizajes.

Así, cada vez que veían un árbol susurrante, sonreían, recordando que en cada esquina del mundo hay magia para aquellos que están dispuestos a ayudar.

FIN.

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