El talento de Ada



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, una niña llamada Ada. Ada era una niña muy dulce y creativa, pero siempre se sentía insegura de sí misma.

Le costaba creer en sus habilidades y pensaba que nunca hacía nada bien. Un día, mientras jugaba en el parque del pueblo, Ada conoció a Luisa, una joven maestra recién llegada a Villa Esperanza. Luisa tenía una sonrisa cálida y unos ojos brillantes que inspiraban confianza.

Desde el primer momento en que se conocieron, Ada sintió una conexión especial con Luisa. Luisa notó de inmediato la tristeza en los ojos de Ada y decidió acercarse a ella. "Hola, soy Luisa.

¿Cómo te llamas?", dijo con amabilidad. "Hola, yo soy Ada", respondió tímidamente la niña. "¿Qué estás dibujando ahí? Se ve muy bonito", comentó Luisa mientras se sentaba junto a Ada en el banco del parque.

Ada le mostró su dibujo a Luisa, quien quedó impresionada por el talento de la niña. "¡Eres toda una artista! Deberías estar muy orgullosa de tu trabajo", expresó Luisa con admiración. Ada sonrió tímidamente ante las palabras de Luisa.

Nadie nunca le había dicho cosas tan lindas sobre sus dibujos. A partir de ese día, Ada y Luisa pasaron mucho tiempo juntas. Luisa alentaba a Ada a probar cosas nuevas y siempre la animaba cuando sentía dudas sobre sí misma.

Juntas plantaron flores en el jardín de la escuela, construyeron castillos de arena en la playa y participaron en concursos de pintura. Sin embargo, un día todo cambió cuando llegó un concurso de arte muy importante al pueblo.

El premio era una beca para estudiar arte en la ciudad grande. Ada quería participar, pero sus miedos volvieron a aparecer. "No creo que pueda ganar este concurso, Luisa. Hay muchos niños talentosos aquí", dijo tristemente Ada.

Luisa tomó las manos de Ada y le dijo con cariño: "Tú eres única y especial, Ada. Tienes un corazón creativo que brilla más que cualquier premio. Confía en ti misma y verás lo que eres capaz de lograr".

Con las palabras alentadoras de Luisal resonando en su mente, Ada decidió participar en el concurso. Con cada pincelada, sentia como su autoestima ibaaumentando. Finalmente llegó el día del veredicto. Todos los niños estaban ansiosos por conocer al ganador.

El jurado anuncióa queel primer lugar era para... ADA! Los aplausos retumbaron por todo el salón, y ada no podia creerlo. Corrió hacia luisay le dio un fuerte abrazo. "Gracias por ayudarme a creer envmí misma"Luisale sonrió,"Te lo mereces, Ade. Eresuna verdadera artista.

"Desde ese día, Ade descubrió queno había límitespara sus sueños. Creer ensímismay tenerconfianzaera lamayor victoriaquepodías obtener. Ytodo graciasal apoyo incondicionalde su nueva amiga, Luisaquele enseñóa valorarsu propia esencia. Y así,Ade viviófelizpara siempre, junto asus coloridosdibujosyconquistandocadaretoconuna gran sonrisade satisfacciónen su rostro. El fin

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!