El talento de Rodrigo
Había una vez, en un pueblo muy bonito rodeado de montañas y ríos cristalinos, vivía Rodrigo, un niño de 4 años con un talento especial para dibujar.
Desde que tenía uso de razón, Rodrigo pasaba horas y horas dibujando en su cuaderno con colores vibrantes y formas creativas. Un día soleado, mientras Rodrigo estaba sentado en el jardín de su casa dibujando alegres animalitos, se le acercó su vecina Doña Rosa, una señora mayor con una sonrisa amable.
"¡Hola Rodrigo! ¿Qué estás dibujando hoy?" -preguntó curiosa Doña Rosa. "¡Hola Doña Rosa! Estoy dibujando una familia de pajaritos jugando en el árbol" -respondió emocionado Rodrigo mostrándole su obra.
Doña Rosa quedó impresionada por el talento del pequeño y le dijo: "Rodrigo, tus dibujos son maravillosos. Deberías compartirlos con más personas para que todos puedan disfrutarlos". Aquellas palabras resonaron en la mente inquieta de Rodrigo.
¿Compartir sus dibujos? Esa idea lo emocionaba pero también lo ponía nervioso. Sin embargo, decidió seguir el consejo de Doña Rosa y prepararse para mostrar sus creaciones al pueblo entero. Llegó el día del festival anual del pueblo, donde artistas locales exponían sus obras.
Con valentía, Rodrigo colocó sus dibujos en un pequeño puesto decorado con flores silvestres y hojas verdes. Los visitantes se detenían asombrados ante la belleza y originalidad de los trazos del niño.
De repente, se acercó al puesto un hombre elegante vestido con un traje negro y sombrero. Era Don Antonio, un reconocido pintor que había viajado desde la ciudad para participar en el festival.
"¡Vaya! ¡Estos son los mejores dibujos que he visto en mucho tiempo!" -exclamó Don Antonio sorprendido. Rodrigo sintió cómo su corazón latía fuerte de emoción al escuchar las palabras del famoso artista. Don Antonio le propuso a Rodrigo ser su aprendiz y enseñarle todo sobre pintura y arte.
A partir de ese día, Rodrigo comenzó a aprender técnicas nuevas junto a Don Antonio mientras seguía desarrollando su propio estilo único.
Sus obras se volvieron aún más hermosas e impactantes, atrayendo la atención no solo del pueblo sino también de personas de otras ciudades que querían comprar sus creaciones. Así fue como aquel niño tímido con un gran talento se convirtió en un exitoso artista reconocido por todos.
Y todo gracias a su valentía para compartir su don con el mundo y aceptar las oportunidades que la vida le ofrecía.
FIN.