El taller de los colores y la amistad



Había una vez en el pequeño pueblo de Alcarrizo, vivía un joven llamado Jhon. Tenía 19 años y era conocido por ser muy amable y trabajador.

Jhon tenía dos grandes amigos, Aldo y Keiry, quienes siempre estaban a su lado para apoyarlo en todo lo que necesitara. Un día, mientras Jhon disfrutaba de su pasatiempo favorito jugando al videojuego Free Fire, recibió una noticia emocionante.

Había conseguido un trabajo en el taller de desarrolladora y pintura del pueblo. Estaba tan feliz que decidió invitar a sus amigos Aldo y Keiry a celebrar juntos esa gran oportunidad. - ¡Chicos! Tengo algo importante que contarles -dijo Jhon con entusiasmo. - ¿Qué pasa, Jhon? Cuéntanos -respondió Aldo con curiosidad.

- He conseguido un trabajo en el taller de desarrolladora y pintura. ¡Estoy muy emocionado! -exclamó Jhon emocionado. - ¡Eso es increíble, amigo! Estamos muy felices por ti -dijo Keiry con una sonrisa.

Los tres amigos se abrazaron emocionados por la noticia y decidieron celebrar con una cena especial esa noche. Mientras cenaban juntos, comenzaron a hablar sobre sus sueños y metas para el futuro.

- Creo que este trabajo es solo el comienzo de grandes cosas para ti, Jhon -comentó Aldo con orgullo. - Sí, estoy seguro de que lograrás muchas cosas maravillosas con tu talento y dedicación -agregó Keiry con admiración.

Jhon se sintió muy agradecido de tener amigos tan increíbles que lo apoyaban en cada paso de su camino. Sabía que no importaba qué desafíos enfrentara en el futuro, siempre tendría a Aldo y Keiry a su lado para ayudarlo a superarlos.

Con el tiempo, Jhon se convirtió en un talentoso artista en el taller de desarrolladora y pintura. Sus creaciones eran admiradas por todos en Alcarrizo e incluso llegaron a ser reconocidas fuera del pueblo.

Pero lo más importante para él seguían siendo la amistad sincera de Aldo y Keiry, quienes siempre estaban ahí para compartir sus alegrías y apoyarlo en los momentos difíciles. Y así, Jhon comprendió que la verdadera riqueza no estaba en los logros materiales, sino en las relaciones sólidas construidas con amor, confianza y compañerismo.

Y juntos siguieron adelante escribiendo nuevas historias llenas de amistad y sueños compartidos en el hermoso pueblo de Alcarrizo.

FIN.

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