El tazón de palomitas mágicas



En un mundo mágico, en lo más profundo del bosque encantado, existía una peculiar casa hecha completamente de palomitas. Las paredes eran de maíz inflado, el techo de caramelo y las ventanas de delgadas hojas de azúcar. Dentro de la casa vivía el bondadoso Oso Hormiguero, quien era el encargado de cuidar el tazón de palomitas mágicas.

Un día soleado, el Oso Hormiguero invitó a todos sus amigos del bosque a disfrutar de las deliciosas palomitas que llenaban el tazón. Había exactamente 80 palomitas, y todos se regocijaban con cada bocado. Sin embargo, cuando nadie miraba, un travieso Oso Hormiguero, movido por la irresistible tentación, se comió 20 palomitas de un solo trago. Entonces, el tazón quedó con solo 60 palomitas.

El Oso Hormiguero, arrepentido por su travesura, decidió hacer algo para remediar su error. Con mucho esfuerzo y dedicación, tomó un poco de maíz y, con ayuda de sus amigos del bosque, preparó 20 palomitas adicionales para reponer las que se había comido. La casa de palomitas volvió a estar llena y todos aplaudieron al Oso Hormiguero por su valiosa lección de responsabilidad.

Desde ese día, el Oso Hormiguero entendió que los actos impulsivos traen consecuencias, pero también descubrió que siempre hay una oportunidad para enmendar los errores. Los amigos del bosque aprendieron que juntos pueden solucionar cualquier problema. Y así, con alegría y camaradería, continuaron disfrutando de las palomitas mágicas, recordando siempre la valiosa lección aprendida.

FIN.

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