El Telescopio Mágico de Lauri



Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Estrellita, una niña llamada Lauri que amaba mirar las estrellas. Cada noche, con su gorro de lana y su abrigo de colores, se subía al techo de su casa, donde su abuelo le había dejado un viejo telescopio. El telescopio estaba cubierto de polvo, pero Lauri sabía que, si lo limpiaba, podría ver un cielo lleno de maravillas.

- “¡Oh, qué hermoso cielo! Si este telescopio pudiera hablar, seguro me contaría secretos de las estrellas”, decía Lauri mientras limpiaba los lentes.

Una noche, mientras miraba a través del telescopio, sucedió algo increíble. El telescopio empezó a brillar y, de repente, ¡Lauri fue transportada a un lugar mágico! Estaba en un deslumbrante reino de estrellas donde todo brillaba y titilaba.

- “¡Hola, niña de Estrellita! ”, sonó una voz melodiosa. Era una estrella gigante, con ojos chispeantes.

- “¿Quién sos? ”, preguntó Lauri, asombrada.

- “Soy Sirio, la estrella más brillante del cielo. He estado esperándote. ¡Vine a mostrarte algo especial! ”

Sirio llevó a Lauri volando por el cielo nocturno. Pasaron por constelaciones que narraban historias antiguas y gamas de colores que nunca había visto.

- “Cada estrella tiene su propia historia. Hoy, voy a enseñarte los secretos del universo. Pero primero, tenés que usar tu imaginación”, dijo Sirio mientras giraba y danzaba.

Lauri cerró los ojos. Cuando los abrió, se encontró en una constelación de colores vibrantes donde los planetas hablaban entre sí. “¡Hola, Lauri! ”, gritaron al unísono los planetas.

- “¿Cómo pueden hablar? ”, preguntó Lauri, llena de curiosidad.

- “Nosotros nos comunicamos con la música que produce nuestra energía. Cada uno tiene su propio tono”, explicó Marte, de un rojo vibrante.

- “¿Y qué música hacen? ”, inquirió Lauri.

Júpiter comenzó a tocar una melodía profunda y resonante, mientras Venus armonizaba con notas suaves y dulces. La música llenó el aire y Lauri sentía que podía bailar entre los planetas.

Pero, de repente, un gran remolino comenzó a moverse en el cielo. Era un agujero negro que se tragaba la luz.

- “¡Ayuda! ¡Necesitamos unir nuestras energías para detenerlo! ”, exclamó Saturno, con su anillo brillando intensamente.

Lauri, asustada pero decidida, recordó lo que su abuelo le había enseñado sobre trabajar en equipo.

- “¡Vamos, trabajemos juntos! ¡Todos unidos podemos crear una música tan poderosa que detenga al agujero negro! ”, gritó.

Los planetas, inspirados por el coraje de Lauri, comenzaron a tocar sus melodías en perfecta armonía. Lauri se unió a ellos, cantando con toda su fuerza.

A medida que la música crecía en intensidad, el agujero negro empezó a oscurecerse. Finalmente, con un destello brillante, ¡se desintegró en pequeñas estrellas que llenaron el cielo!

- “¡Lo logramos! ”, celebraron los planetas, danzando alrededor de Lauri.

- “¡Sos una gran amiga! ”, le dijeron todos juntos. Lauri sentía que había hecho una gran hazaña.

- “Pero no lo hice sola. ¡Todos ustedes son increíbles! ”, respondió feliz.

Entonces, Sirio apareció nuevamente con una sonrisa.

- “¿Ves, Lauri? Nunca subestimes el poder de la imaginación y la colaboración. Cada estrella, cada planeta, tiene su lugar y su voz en este vasto universo”.

Lauri sintió un cosquilleo de satisfacción y, cuando el cielo comenzó a desvanecerse, supo que era hora de volver a casa.

- “Prometeme que nunca dejarás de soñar y de mirar hacia el cielo”, dijo Sirio al despedirse.

Cuando Lauri despertó en su techo, el telescopio seguía a su lado, pero ahora brillaba como nunca. Con una sonrisa en su rostro, Lauri decidió que, todas las noches, exploraría su universo con la misma imaginación que había usado esa noche mágica.

- “Gracias, telescopio mío. ¡Hoy el cielo será el límite! ”, exclamó Lauri mientras miraba hacia las estrellas, con el corazón lleno de alegría y nuevas aventuras por descubrir.

FIN.

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