El tesoro de Don Ramón
Había una vez un señor llamado Don Ramón que trabajaba en una pequeña mina en las afueras de un pueblo.
Todos los días, Don Ramón se adentraba en la oscuridad de la mina con su pico y su pala, buscando alguna piedra preciosa que le cambiara la vida. Un día, mientras picaba una roca, escuchó un sonido diferente. Con curiosidad, comenzó a excavar con más fuerza hasta descubrir algo brillante y plateado.
¡Era mercurio! Don Ramón no podía creerlo. Sabía que el mercurio era muy valioso y podría hacerlo rico. Sin perder tiempo, salió corriendo de la mina con una muestra del mercurio y fue a buscar al dueño de la mina para mostrarle su hallazgo.
El dueño quedó asombrado al ver el mercurio y decidió asociarse con Don Ramón para extraerlo juntos.
"¡Don Ramón, has encontrado algo maravilloso! Juntos vamos a sacar todo el mercurio de esta mina y nos haremos ricos", dijo emocionado el dueño. Don Ramón estaba feliz por haber encontrado algo tan valioso, pero sabía que debía ser cuidadoso al extraer el mercurio debido a lo peligroso que podía ser si no se manejaba correctamente.
Con mucho esfuerzo y trabajo en equipo, Don Ramón y el dueño de la mina lograron extraer todo el mercurio de manera segura. Vendieron el mercurio a buen precio y se volvieron ricos rápidamente.
La noticia del hallazgo se extendió por todo el pueblo, convirtiendo a Don Ramón en un héroe local. Pero Don Ramón no olvidó sus raíces humildes.
Decidió compartir parte de su fortuna con los habitantes más necesitados del pueblo, construyendo escuelas, hospitales y mejorando las condiciones de vida para todos. "Nunca imaginé que encontraría tanto valor en esta mina. Agradezco cada día por este regalo inesperado", reflexionaba Don Ramón mientras ayudaba a los demás.
La historia de Don Ramón se convirtió en un ejemplo de humildad, esfuerzo y generosidad para todos los niños del pueblo. Aprendieron que la verdadera riqueza está en ayudar a los demás y que con trabajo duro y determinación, cualquier sueño puede hacerse realidad.
Y así, gracias al mercurio encontrado en aquella vieja mina, Don Ramón no solo se volvió rico materialmente sino también en valores humanos que lo hicieron aún más grande ante los ojos de todos quienes lo conocían.
FIN.