El tesoro de la amistad



Había una vez un grupo de estudiantes llamados Grado 10-1 de agroindustria. Eran un grupo muy unido y siempre estaban buscando nuevas formas de aprender y crecer juntos.

Un día, mientras estaban en clase, uno de los estudiantes, Juanito, se dio cuenta de que había perdido su dinero y su lapicero. Estaba realmente preocupado porque no sabía cómo iba a poder pagar el almuerzo ni tomar notas en clase.

Juanito decidió contarle a sus amigos lo sucedido y ellos se ofrecieron a ayudarlo. Primero, buscaron por toda la sala de clases, pero no encontraron nada. Luego, decidieron preguntar al resto de sus compañeros si habían visto algo.

Fue entonces cuando Martina, una compañera del curso, recordó haber visto algo extraño cerca del casillero de Juanito ese día. Todos fueron corriendo hacia allí y descubrieron que alguien había dejado caer una billetera con el dinero y el lapicero dentro. Todos quedaron sorprendidos por tan inesperada sorpresa.

Pero en lugar de simplemente entregar la billetera a Juanito, decidieron hacer algo especial para él como muestra de apoyo y amistad. Los estudiantes organizaron una pequeña reunión sorpresa para Juanito donde le entregaron la billetera como regalo simbólico.

Cada uno le dio unas palabras motivadoras sobre cómo enfrentar las dificultades con valentía y siempre contar con el apoyo de los amigos.

Desde ese día en adelante, Grado 10-1 de agroindustria aprendió que en momentos difíciles es importante estar ahí para los demás. Aprendieron el valor del trabajo en equipo y la importancia de apoyarse mutuamente. Además, decidieron crear un fondo común para ayudar a cualquier estudiante que perdiera algo importante.

Todos los estudiantes contribuyeron con una pequeña cantidad de dinero cada semana para asegurarse de que nadie se quedara sin recursos cuando más lo necesitara. Con el tiempo, Grado 10-1 de agroindustria se convirtió en un ejemplo de solidaridad y amistad en toda la escuela.

Otros cursos comenzaron a seguir su ejemplo y también crearon sus propios fondos comunes. Y así, gracias a la pérdida del dinero y el lapicero de Juanito, todos aprendieron una valiosa lección sobre empatía, generosidad y trabajo en equipo.

A partir de ese momento, nunca más dejaron que alguien se sintiera solo o desamparado ante las dificultades.

FIN.

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