El tesoro de la amistad



Sara, Nikol y Andrés eran los mejores amigos. Siempre jugaban juntos en el parque de su vecindario, riendo y divirtiéndose sin parar. Pero un día, cuando llegaron al parque para jugar como de costumbre, algo extraño sucedió.

- ¡Hola chicos! ¿Dónde está Andrés? - preguntó Sara preocupada. - No lo sé, no lo he visto desde ayer - respondió Nikol con incertidumbre.

Los tres amigos comenzaron a buscar por todo el parque, llamando a Andrés y buscando entre los arbustos y columpios. Pero no había rastro de él en ninguna parte. - Esto es muy extraño. Andrés nunca se habría ido sin decirnos nada - dijo Sara con voz temblorosa.

Decidieron ir a la casa de Andrés para ver si estaba allí, pero sus padres también estaban preocupados porque no sabían dónde estaba su hijo.

- Hemos buscado por todas partes y no encontramos ni una pista sobre dónde podría estar - dijo la mamá de Andrés visiblemente angustiada. Los días pasaban y seguían sin tener noticias de Andrés. El parque ya no era el mismo sin él; las risas se habían convertido en silencio y la diversión se había desvanecido.

Sara, Nikol y los demás vecinos estaban tristes por la ausencia de su amigo querido. Un día, mientras caminaba hacia el parque con los ojos llenos de tristeza, Sara vio algo brillante en el suelo.

Se agachó para reagarrarlo y descubrió que era una pulsera que pertenecía a Andrés. Sintió una chispa de esperanza en su corazón y supo que tenía que mostrarle a los demás lo que había encontrado. - Chicos, miren lo que encontré.

Es la pulsera de Andrés - exclamó Sara emocionada. Los ojos de Nikol se iluminaron al verla y todos corrieron hacia Sara para examinarla detenidamente. Sabían que esto significaba algo importante, una pista sobre el paradero de su amigo.

Decidieron seguir las pistas y buscar en lugares donde Andrés podría haber ido. Visitaban cada rincón del vecindario, preguntando a todos si habían visto algo sospechoso. Un día, mientras buscaban cerca del lago del parque, escucharon un ruido proveniente de unos arbustos cercanos.

Se acercaron cautelosamente y descubrieron a Andrés escondido allí. - ¡Andrés! ¡Te hemos encontrado! - gritaron todos emocionados. Andrés salió tímidamente de su escondite y les contó lo que le había pasado.

Había estado explorando el bosque detrás del parque cuando se perdió y no pudo encontrar el camino de regreso. Estuvo asustado durante días hasta que finalmente logró encontrar su camino hacia los arbustos donde sus amigos lo encontraron.

Sara, Nikol y los demás abrazaron a Andrés con alegría y alivio por haberlo encontrado sano y salvo. Aprendieron una valiosa lección sobre la importancia de estar siempre juntos como amigos y cuidarse mutuamente.

Desde ese día en adelante, prometieron nunca separarse nuevamente mientras jugaban en el parque. Juntos, construyeron recuerdos inolvidables y siempre se aseguraron de que nadie se perdiera ni se sintiera solo.

Y así, la amistad de Sara, Nikol y Andrés creció aún más fuerte, enseñándoles a todos que la verdadera amistad es un tesoro invaluable que debe ser cuidado y protegido en todo momento.

FIN.

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