El tesoro de la amistad



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, tres amigos muy especiales: Lucas, Martina y Benjamín. Estos tres niños eran conocidos por ser los más responsables, honestos y empáticos del lugar.

Un día soleado, mientras jugaban en el parque, encontraron una misteriosa caja de madera escondida entre los arbustos. Curiosos por saber qué había dentro, decidieron abrirla. Para su sorpresa, encontraron un mapa antiguo que parecía conducir a un tesoro perdido.

Lucas exclamó emocionado: "¡Tenemos que encontrar este tesoro! Será nuestra gran aventura". Martina asintió con entusiasmo mientras Benjamín agregaba: "Pero no podemos olvidar nuestros valores. Debemos ser responsables y honestos en todo momento". Con el mapa en mano, comenzaron su búsqueda.

Siguiendo las pistas dibujadas en él, llegaron al bosque encantado. Allí se encontraron con un duende triste llamado Roco.

Roco les contó que había perdido su varita mágica y sin ella no podía hacer magia ni ayudar a otros duendes. Los niños se sintieron mal por él y prometieron ayudarlo a encontrarla. Mientras buscaban la varita mágica por el bosque encantado, oyeron risas provenientes de una cueva cercana.

Se acercaron sigilosamente para descubrir que era un grupo de trolls haciendo travesuras. Los trolls tenían la varita mágica de Roco y estaban usándola para causar problemas a los demás habitantes del bosque. Lucas dijo: "No podemos permitir que continúen haciendo daño. Debemos ser empáticos y detenerlos".

Con valentía, se acercaron a los trolls y les pidieron amablemente que devolvieran la varita mágica. Los trolls, al ver la honestidad y empatía en los ojos de los niños, decidieron entregarla sin resistencia.

Una vez recuperada la varita mágica, Roco pudo hacer magia nuevamente y ayudar a todos los duendes del bosque. Agradecidos por la ayuda de Lucas, Martina y Benjamín, le ofrecieron una recompensa: un cofre lleno de monedas de oro.

Los niños se miraron entre sí y tomaron una decisión responsable y honesta: "No necesitamos el tesoro. Nuestra verdadera recompensa es haber ayudado a Roco y traído paz al bosque encantado".

Con el corazón lleno de alegría por su buena acción, regresaron a Villa Esperanza para contarle a todos sobre su aventura. Desde ese día en adelante, Lucas, Martina y Benjamín se convirtieron en héroes locales conocidos por sus valores ejemplares. Y así termina esta historia llena de responsabilidad, honestidad y empatía.

Nos enseña que siempre debemos actuar con integridad, pensar en los demás antes que en nosotros mismos y estar dispuestos a ayudar cuando alguien lo necesita.

FIN.

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