El tesoro de la amistad



Había una vez un pequeño duende llamado Lucas que vivía en un hermoso bosque encantado. Lucas era curioso y aventurero, siempre buscaba nuevas experiencias y lugares por explorar.

Un día, mientras jugaba cerca del río, vio algo brillante flotando en el agua. Intrigado, Lucas se acercó y descubrió que era una moneda de oro. Sin pensarlo dos veces, decidió seguir el curso del río para ver a dónde lo llevaría esa misteriosa moneda.

Después de un largo viaje, el río desembocó en la gran ciudad. Lucas nunca había visto tantos edificios altos y gente apresurada antes. Mientras caminaba por las calles abarrotadas, se dio cuenta de que estaba completamente perdido.

El bullicio y los ruidos de la ciudad eran demasiado para su pequeño corazón duendil. Desesperado por encontrar su camino a casa, Lucas comenzó a buscar ayuda en cada esquina.

Fue entonces cuando conoció a Martina, una niña muy amable que estaba alimentando palomas en el parque. "¡Hola! ¿Estás perdido?" -preguntó Martina al ver al diminuto duende mirándola con ojos tristes. Lucas asintió con la cabeza y explicó cómo había llegado allí persiguiendo la moneda de oro.

Martina sintió empatía por él y decidió ayudarlo a regresar al bosque encantado. Juntos emprendieron un emocionante viaje por la ciudad llena de obstáculos y desafíos. A medida que avanzaban, Martina le enseñaba a Lucas sobre la ciudad, sus costumbres y su gente.

El duende estaba fascinado por todo lo que veía y aprendía. Durante su travesía, se encontraron con un callejón oscuro donde había un gatito asustado atrapado en un árbol.

Lucas, recordando cómo Martina lo ayudó, decidió devolver el favor. Utilizando su magia duendil, convirtió una pequeña rama en una escalera para rescatar al gatito. "¡Gracias! ¡Eres un verdadero héroe!" -dijo Martina emocionada mientras abrazaba al duende.

Finalmente, después de superar todos los desafíos de la ciudad y ayudar a otros seres necesitados en el camino, Lucas y Martina llegaron al bosque encantado. Allí se despidieron con lágrimas en los ojos pero sabiendo que siempre tendrían una amistad especial.

Lucas aprendió que la bondad y la ayuda mutua son valores importantes para encontrar nuestro camino en cualquier lugar del mundo. Y aunque extrañaría las aventuras en la ciudad, ahora sabía que tenía un hogar maravilloso donde pertenecía.

Desde ese día en adelante, cada vez que alguien se perdía en la gran ciudad, se decía que aparecía un pequeño duende dispuesto a guiarlos de regreso a casa.

Esta historia inspiradora enseña a los niños sobre el valor de la amistad y cómo incluso el más pequeño puede hacer una gran diferencia si muestra bondad hacia los demás.

FIN.

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