El tesoro de la amistad



Había una vez una niña llamada Martina que estaba a punto de cumplir 3 añitos. Martina era muy alegre y siempre tenía una sonrisa en su rostro.

Vivía con su mamá, su papá y su hermano mayor, Lorenzo, quien tenía 8 años. Martina adoraba jugar con Lorenzo. Pasaban horas juntos construyendo castillos de arena en la playa, jugando al escondite en el parque o simplemente riendo sin parar.

Pero lo que más le gustaba a Martina era cuando su prima Joaquina venía a visitarlos. Joaquina era un año mayor que Lorenzo y vivía en una ciudad cercana. Era muy creativa y siempre tenía ideas divertidas para hacer con Martina y Lorenzo.

Los tres se llevaban genial y se convertían en los mejores amigos cada vez que estaban juntos. El día antes del cumpleaños de Martina, Joaquina llegó a la casa de sorpresa.

Traía consigo un montón de globos de colores brillantes y una caja misteriosa envuelta en papel dorado. "¡Feliz cumpleaños adelantado, Marti! -dijo Joaquina emocionada mientras abrazaba a su prima-. Tengo una sorpresa increíble para ti".

Martina saltó de alegría al ver a Joaquina y sus ojos brillaron al escuchar sobre la sorpresa. Lorenzo también estaba emocionado por descubrir qué había dentro de la caja misteriosa. Joaquina colocó los globos por toda la sala mientras todos esperaban ansiosos frente a la caja envuelta en papel dorado.

"¡Esperen un momento!" -exclamó Joaquina-. "Antes de abrir la sorpresa, tenemos que hacer una pequeña aventura". Los ojos de Martina y Lorenzo se iluminaron aún más. Les encantaban las aventuras.

Joaquina les explicó que debían seguir pistas por toda la casa para encontrar un tesoro escondido. Martina y Lorenzo asintieron emocionados y comenzaron a buscar las primeras pistas.

La primera pista los llevó al jardín trasero, donde encontraron una nota que decía: "¡Sigue buscando! El próximo destino está en el lugar donde comemos juntos". Martina corrió hacia la cocina mientras Lorenzo y Joaquina la seguían de cerca. Encontraron otra pista debajo de la mesa del desayuno.

Decía: "¡Están muy cerca! Ahora diríjanse al lugar donde nos divertimos con juegos de mesa". Con risas y emoción, los tres corrieron hacia el cuarto de juegos. Allí encontraron otra nota debajo del tablero del juego favorito de Martina.

Decía: "¡Última pista antes del gran tesoro! Vayan al lugar donde guardamos tus juguetes más queridos". Martina abrió rápidamente su caja de juguetes favorita y allí estaba la última pista esperándolos. Decía: "¡Felicidades, han encontrado el tesoro! Ahora vayan a la sala para descubrirlo".

Corrieron hacia la sala, siguiendo sus risas entusiastas. Martina se acercó lentamente a la caja misteriosa mientras todos esperaban con anticipación. Cuando finalmente abrió la caja, sus ojos se llenaron de asombro.

Dentro había una muñeca hermosa y brillante, exactamente como la que Martina había deseado tener. Martina abrazó a Joaquina y Lorenzo con todas sus fuerzas mientras les agradecía por la sorpresa más hermosa que podía existir. "¡Gracias, gracias! ¡Son los mejores primos del mundo!" -dijo Martina emocionada.

Joaquina y Lorenzo sonrieron felices al ver la alegría de Martina. Sabían que no importaba cuántos años cumpliera, siempre estarían ahí para hacerla feliz y compartir aventuras juntos. Desde ese día, Martina, Joaquina y Lorenzo siguieron siendo inseparables.

Jugaron juntos, se ayudaron mutuamente y crearon recuerdos inolvidables a lo largo de los años. Y así, con una simple caja misteriosa llena de amor y unión familiar, Martina aprendió el valor de la amistad y el poder de las sorpresas hechas con cariño.

FIN.

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