El tesoro de la amistad

Había una vez, en lo más profundo del océano, cinco amigos muy especiales: Lola la orca, Riva la medusa, Katia la ballena, Paco el pato y Tenazas el cangrejo.

Vivían juntos en armonía y se querían como si fueran una verdadera familia. Un día, mientras exploraban los coloridos arrecifes de coral, encontraron un cofre lleno de tesoros brillantes. Todos estaban emocionados por su hallazgo, pero cuando abrieron el cofre, descubrieron que solo había cinco perlas dentro.

Lola dijo con entusiasmo: "¡Podemos repartir las perlas entre todos nosotros para que cada uno tenga una!"Pero entonces Paco el pato miró las perlas con codicia y dijo: "Yo quiero dos perlas para mí. Soy pequeño y necesito más".

Esto hizo que los demás animales se sintieran tristes y decepcionados. Katia la ballena suspiró profundamente y dijo: "Paco, eso no es justo. Debemos compartir equitativamente". Pero Paco insistió en quedarse con dos perlas para él solo.

Esto creó un ambiente tenso entre los amigos, rompiendo la armonía que solían tener.

Riva la medusa sugirió: "¿Y si le pedimos al sabio delfín del arrecife que nos ayude a resolver esto?"Así que fueron a buscar al sabio delfín y le contaron lo sucedido. El delfín escuchó atentamente y luego les dio un consejo sabio: "La verdadera riqueza no está en las perlas ni en los tesoros materiales, sino en la amistad y el amor que comparten".

Los cinco amigos reflexionaron sobre estas palabras y finalmente entendieron el valor de su amistad por encima de cualquier tesoro material. Decidieron devolver las perlas al cofre y dejarlo en el fondo del mar para que otros lo encuentren.

Desde ese día en adelante, Lola, Riva, Katia, Paco y Tenazas siguieron siendo inseparables. Aprendieron a valorar la importancia de compartir, ser justos y apoyarse mutuamente sin caer en actos de egoísmo.

Y así demostraron que la verdadera riqueza reside en tener amigos verdaderos con quienes compartir cada momento de alegría o dificultad bajo el resplandeciente mar azul.