El tesoro de la amistad



Había una vez una niña llamada María que tenía un oso de peluche al que quería con todo su corazón. Lo llevaba a todas partes, incluso cuando iba al parque a jugar con sus amigos.

Un día, mientras jugaba en los columpios, María se dio cuenta de que había perdido a su querido oso. María buscó por todos lados, entre los árboles y detrás de los bancos del parque, pero no lograba encontrar a su amiguito de felpa.

Estaba muy triste y preocupada porque sin su oso se sentía sola. Lloró un poquito y decidió regresar a casa con la esperanza de encontrarlo algún día.

Mientras tanto, un niño llamado Matías estaba paseando por el parque cuando vio algo brillante entre las hojas del suelo. Se acercó curioso y descubrió que era el oso de peluche de María.

El pequeño Matías recordó lo feliz que él se sentiría si le devolvieran algo tan importante para él, así que decidió llevárselo consigo para buscar a la dueña. Matías preguntó a todos los niños del parque si alguien había perdido un osito de peluche, pero nadie parecía reconocerlo.

Entonces, decidió llevarlo a casa y pedir ayuda a sus padres para encontrar a la dueña del oso. Al día siguiente, Matías fue nuevamente al parque con el osito en brazos.

Mientras caminaba cerca de los juegos infantiles, vio a María sentada en un banco con cara triste mirando hacia el suelo. Se acercó tímidamente y le dijo:- ¡Hola! ¿Perdiste este osito? Lo encontré ayer en el parque.

María levantó la mirada sorprendida y emocionada al ver a su querido amigo de felpa en manos del niño desconocido. Sus ojos brillaron de alegría y exclamó:- ¡Sí! ¡Ese es mi oso! ¡Muchas gracias por traérmelo! Matías sonrió feliz al ver la reacción de María y le entregó el osito con cuidado.

Desde ese momento, María y Matías se hicieron amigos inseparables gracias al encuentro del oso perdido.

Ambos aprendieron una gran lección sobre la importancia de ayudar desinteresadamente a los demás y sobre cómo un pequeño gesto puede hacer feliz el corazón de alguien más. Y así, juntos disfrutaron cada día jugando en el parque junto al fiel amigo que les recordaba la valiosa amistad que habían encontrado aquel día especial.

FIN.

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