El Tesoro de la Amistad
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Cacareando, donde vivían muchos animalitos felices y juguetones. En este lugar tan especial, la caca era algo muy importante y querida por todos.
En el centro de Villa Cacareando se encontraba la Montaña de Caca, un gran monte formado por cacas de diferentes animales que se habían ido acumulando con el paso del tiempo.
Los habitantes del pueblo creían que la Montaña de Caca les daba suerte y prosperidad, por lo que siempre la cuidaban y protegían. Un día, llegó al pueblo un forastero malhumorado llamado Don Maloliente.
Este personaje no soportaba ver tanta caca por todas partes y decidió proponerle a los habitantes de Villa Cacareando que deshicieran la Montaña de Caca para construir algo "más limpio y moderno". Los animalitos del pueblo se sintieron confundidos y preocupados ante esta extraña propuesta. Todos menos Pipo, un pequeño ratoncito muy inteligente y valiente.
Pipo recordó una antigua leyenda que contaba sobre el poder mágico de la Montaña de Caca: según decía, si alguien lograba llegar a la cima de la montaña, encontraría un tesoro escondido que cumpliría todos sus deseos.
Decidido a salvar la Montaña de Caca, Pipo reunió a sus amigos más cercanos: Lila la conejita ágil, Tito el pajarito cantor y Pancho el perrito fiel. Juntos idearon un plan para demostrarle a Don Maloliente lo importante que era respetar las tradiciones del pueblo.
- ¡Amigos! ¡Debemos escalar hasta la cima de la Montaña de Caca y encontrar ese tesoro legendario! -exclamó Pipo con entusiasmo. - ¿Crees realmente que existe ese tesoro mágico? -preguntó Lila con curiosidad. - No perdemos nada con intentarlo.
Además, así demostraremos a Don Maloliente lo valiosa que es nuestra Montaña de Caca -respondió Tito con determinación. Los cuatro amigos comenzaron entonces su peligrosa travesía hacia lo alto de la Montaña de Caca.
En su camino debieron sortear obstáculos como cañerías rotas e insectos molestos, pero juntos lograron superar cada desafío gracias a su ingenio y trabajo en equipo.
Finalmente, luego de muchas peripecias, llegaron a la ansiada cima donde descubrieron algo maravilloso: no había ningún tesoro material esperándolos; en cambio, encontraron una vista espectacular del amanecer iluminando todo Villa Cacareando en tonos dorados y rosados. - ¡Esto es increíble! El verdadero tesoro siempre estuvo aquí frente a nuestros ojos -exclamó Pancho emocionado.
En ese momento, Don Maloliente apareció junto a ellos sorprendido por lo ocurrido. Al ver aquella hermosa escena comprendió finalmente el valor simbólico e histórico detrás de la Montaña de Caca.
A partir de entonces decidió respetar las costumbres del pueblo y convivir en armonía con sus singulares tradiciones.
Desde aquel día inolvidable, los habitantes de Villa Cacareando continuaron disfrutando juntos del amanecer desde lo alto de su querida Montaña de Caca; recordándoles siempre que los tesoros más preciados pueden estar ocultos en lugares inesperados. Y colorín colorado este cuento se ha terminado... ¡por ahora!
FIN.