El Tesoro de la Amistad
Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, dos mejores amigos llamados Martín y Julián.
Ambos tenían 8 años y pasaban la mayor parte del tiempo juntos, jugando al fútbol y explorando aventuras en el bosque cercano a sus casas. Un día, mientras caminaban por el bosque, encontraron un mapa antiguo que indicaba la ubicación de un tesoro escondido. Emocionados por la idea de encontrar algo tan valioso, decidieron seguir el mapa y buscar el tesoro juntos.
Después de horas de caminar y seguir las pistas del mapa, finalmente llegaron a una cueva oculta. Dentro de la cueva brillaba una caja dorada que parecía contener el tesoro prometido. Martín y Julián se miraron emocionados.
"¡Lo encontramos! ¡El tesoro es nuestro!"- exclamó Julián con alegría. Pero justo cuando iban a abrir la caja, apareció otro niño llamado Lucas.
Era un chico nuevo en el pueblo y había visto a Martín y Julián siguiendo el mapa desde lejos. Sin pedir permiso ni saludar, Lucas se acercó corriendo hacia ellos. "¡Yo también quiero ver lo que hay dentro!"- dijo Lucas con ansias.
Martín miró a Julián preocupado porque no quería compartir el tesoro con nadie más. Pero recordó los valores que su abuela siempre le enseñaba sobre ser amable y generoso. "Lucas, tú también puedes ayudarnos en esta búsqueda del tesoro"- dijo Martín con una sonrisa-.
"Será más divertido si todos trabajamos juntos". Julián asintió con entusiasmo y los tres niños comenzaron a abrir la caja dorada. Para su sorpresa, en lugar de oro y joyas, encontraron un libro antiguo lleno de historias mágicas.
"¿Esto es el tesoro?"- preguntó Lucas confundido. Martín sonrió y explicó: "Este libro contiene las historias más maravillosas del mundo. Es un tesoro para nuestra imaginación y creatividad. Podemos leerlo juntos y descubrir aventuras increíbles".
Los tres amigos se sentaron en el suelo de la cueva y comenzaron a leer las historias una por una. Se sumergieron en mundos fantásticos donde podían ser piratas, exploradores o incluso superhéroes. A medida que pasaban los días, Martín, Julián y Lucas compartieron muchas más aventuras juntos.
Aprendieron sobre la importancia de la amistad, el trabajo en equipo y la generosidad.
Los celos que Martín había sentido al principio desaparecieron por completo cuando se dio cuenta de lo especial que era tener amigos con quienes compartir sus alegrías. Con el tiempo, Martín también aprendió a valorar las cualidades únicas de cada uno de sus amigos. Julián era valiente e ingenioso, mientras que Lucas tenía una imaginación sin límites. Juntos formaban un equipo perfecto.
Y así, Martín comprendió que no hay nada más valioso que la amistad verdadera y los momentos compartidos con aquellos a quienes queremos. Desde ese día en adelante, Martín nunca volvió a sentir celos ni egoísmo hacia nadie más.
Y colorín colorado, este cuento sobre valores ha terminado.
FIN.