El tesoro de la biblioteca abandonada


Había una vez un perro llamado Rufus que vivía en un edificio muy alto en la ciudad. Rufus era especial porque, a diferencia de los demás perros, su pelaje era de color rojo brillante.

Todos los días, Rufus salía a pasear por las calles y siempre llamaba la atención de las personas. Un día soleado, mientras Rufus caminaba por el parque cercano al edificio, se encontró con un grupo de niños jugando.

Los niños rápidamente se acercaron a él y empezaron a acariciar su suave pelaje rojo. - ¡Mira qué lindo perro rojo! -exclamó Sofía, una niña muy curiosa. - Sí, es increíblemente hermoso -dijo Juanito emocionado-. Nunca había visto un perro así antes.

Rufus estaba feliz con tanta atención y comenzó a jugar con los niños. Se divirtieron durante horas hasta que llegó la hora de regresar al edificio. Cuando ingresaron al ascensor para subir al apartamento de Rufus, algo extraño sucedió.

El ascensor comenzó a moverse hacia arriba pero luego se detuvo abruptamente entre dos pisos. - ¡Oh no! Estamos atrapados -dijo Sofía asustada. - No te preocupes, chicos. Seguro alguien vendrá pronto a rescatarnos -intentó tranquilizarlos Rufus.

Pasaron unos minutos largos y parecían eternos dentro del elevador averiado. Pero entonces ocurrió algo inesperado: el pequeño Max notó que había una puerta pequeña en uno de los rincones del ascensor que llevaba hacia fuera del edificio.

- ¡Miren! Hay una puerta secreta aquí. Podemos salir por ahí -dijo Max emocionado. Los niños y Rufus se miraron sorprendidos y decidieron aventurarse a través de la puerta secreta.

Al pasar, se encontraron con un pasillo oscuro y misterioso que los llevó a una sala llena de libros antiguos y polvorientos. - ¡Es una biblioteca abandonada! -exclamó Juanito asombrado. Rufus, quien siempre había sido muy curioso, comenzó a olfatear uno de los libros en la estantería.

De repente, el libro se abrió y reveló un mapa antiguo con pistas para encontrar un tesoro escondido en el edificio. - ¡Tenemos que seguir este mapa y encontrar el tesoro! -exclamó Sofía emocionada. Así comenzó la emocionante búsqueda del tesoro perdido.

Los niños y Rufus siguieron las pistas del mapa mientras exploraban cada rincón del edificio. Subieron escaleras, bajaron al sótano e incluso treparon por el techo hasta llegar a la azotea.

Finalmente, después de muchas aventuras y obstáculos superados juntos, llegaron al lugar donde estaba escondido el tesoro: era una caja llena de juguetes nuevos para perros. - ¡Increíble! Ahora Rufus tendrá muchos juguetes para jugar -dijo Juanito felizmente.

Rufus saltaba de alegría mientras los niños lo rodeaban acariciando su pelaje rojo brillante. Estaban felices por haber encontrado el tesoro, pero más aún por haber vivido esa increíble aventura juntos. Desde ese día, Rufus se convirtió en el perro más famoso del edificio.

Todos los vecinos querían conocerlo y jugar con él. Pero Rufus nunca olvidó a sus amigos, los niños que lo habían rescatado de aquel ascensor averiado.

Y así, entre juegos y risas, Rufus y los niños siguieron viviendo increíbles aventuras juntos, demostrando que no importa cómo seas por fuera, lo importante es la amistad y las experiencias compartidas que hacen la vida emocionante.

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