El Tesoro de la Canchita
En un pequeño pueblo de Argentina, vivía un niño llamado Diego. A pesar de venir de una familia humilde, Diego tenía una gran pasión por el fútbol. Todos los días, después de la escuela, se reunía con sus amigos en la canchita del barrio para jugar al fútbol.
Un día, mientras jugaban, Diego tropezó con algo enterrado en el suelo. Al desenterrarlo, descubrió un cofre antiguo. Con mucha emoción, lo abrió y encontró monedas de oro y joyas relucientes. Diego no podía creer su suerte, ¡había encontrado un tesoro!
Rápidamente, la noticia del hallazgo se extendió por el pueblo y pronto Diego se vio rodeado de gente que quería parte de su tesoro. Sin embargo, Diego decidió que el tesoro pertenecía al pueblo y propuso utilizarlo para mejorar la canchita de fútbol.
Con el tesoro, construyeron gradas nuevas, arreglaron el césped y compraron uniformes para todos los niños del barrio. La canchita se convirtió en un lugar de encuentro para la comunidad, donde los niños podían divertirse y aprender los valores del trabajo en equipo, la amistad y la humildad.
Diego aprendió que la verdadera riqueza no se mide en monedas de oro, sino en la alegría que puedes compartir con los demás. Y aunque el tesoro desapareció, el legado que dejó en la canchita perduró para siempre, recordando a todos que la humildad y la pasión por el fútbol son tesoros que no se pueden comprar con oro.
FIN.