El Tesoro de la Cena Especial



Victoria y Lucía eran dos hermanas aventureras que vivían en una cabaña en medio de la selva.

Ese día, sus padres habían salido temprano para hacer algunas compras al pueblo cercano, dejando a las chicas solas en casa con sus hermanos menores. Decididas a sorprender a su familia con una cena especial, Victoria y Lucía se pusieron manos a la obra para preparar todo lo necesario.

Pero se dieron cuenta de que les faltaban algunos ingredientes importantes, así que decidieron salir a buscarlos por la selva. "Lucía, ¿crees que podremos encontrar todo lo que necesitamos antes del anochecer?" - preguntó preocupada Victoria. "¡Claro que sí! Somos unas exploradoras expertas" - respondió confiada Lucía.

Así comenzaron su aventura por la selva. Caminaron durante un rato hasta llegar al río donde pensaban encontrar los peces frescos que necesitaban para su cena.

Pero cuando llegaron allí, se encontraron con una sorpresa desagradable: el río estaba contaminado y no había ni un solo pez. "¿Qué vamos a hacer ahora? ¡No podemos volver sin pescado!" - exclamó Victoria frustrada. "Tranquila Vicky, seguro encontraremos otra cosa" - trató de animarla Lucía.

Y continuaron caminando hasta llegar al claro del bosque donde crecían las frutas más dulces y jugosas. Pero cuando llegaron allí, descubrieron otra sorpresa inesperada: todos los árboles estaban vacíos y no había ni siquiera una sola fruta madura.

"¡Esto es una pesadilla! ¿Qué más nos puede pasar?" - se quejó Victoria. "No te preocupes, hermana. Aún tenemos tiempo y podemos encontrar algo más" - dijo Lucía intentando mantener el ánimo alto.

Así continuaron su camino hasta que llegaron a una cueva donde habían visto algunos animales salvajes en otras ocasiones. Pero esta vez, encontraron algo diferente: un pequeño mono estaba atrapado entre las rocas y no podía salir.

"¡Mira Vicky! Tenemos que ayudar al pobre animalito" - exclamó Lucía emocionada. Victoria y Lucía trabajaron juntas para liberar al mono de su encierro.

Y como si fuera una recompensa por su buena acción, el mono les llevó a un lugar secreto donde crecían las frutas más dulces y los peces más grandes que jamás habían visto. Finalmente, lograron recolectar todo lo necesario para preparar la cena especial para su familia.

Cuando regresaron a casa con sus tesoros de la selva, los padres y hermanos menores estaban muy felices y orgullosos de ellas por haber sido tan valientes e ingeniosas en su búsqueda de ingredientes frescos y deliciosos.

Desde ese día en adelante, Victoria y Lucía aprendieron la importancia de ser perseverantes ante los obstáculos que se presentan en la vida y nunca darse por vencidas hasta alcanzar sus objetivos.

FIN.

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