El tesoro de la cueva mágica



Había una vez, en la hermosa playa de s"Illot, cuatro amigos inseparables: Na Maria del Mar, Na Laia, Na Marina y En Damià. Pasaban los días de verano juntos, disfrutando del sol, la arena y el mar.

Cada mañana, después de desayunar bien con tostadas y jugo de naranja recién exprimido, los cuatro amigos se preparaban para ir a la playa. Llevaban consigo sus poalets, pales, rampins y un gambaner.

Estaban listos para divertirse y construir castillos de arena como verdaderos artistas. Al llegar a la playa, corrían emocionados hacia el agua cristalina. Se sumergían en las olas y reían a carcajadas mientras saltaban sobre ellas.

Después de refrescarse en el mar, se dedicaban a jugar con la arena dorada. Construían castillos altos con fosos profundos alrededor e incluso intentaban esculpir figuras divertidas.

Un día soleado, mientras construían un gran castillo decorado con almejas marinas brillantes que habían encontrado en la orilla, escucharon un ruido extraño proveniente de una cueva cercana. Intrigados por descubrir qué había allí dentro, decidieron dejar su castillo a medias y aventurarse en lo desconocido.

Al entrar en la cueva oscura y fresca, se encontraron con un laberinto de pasadizos estrechos. Con valentía y trabajo en equipo lograron avanzar sin perderse hasta llegar a una sala iluminada por un rayo de sol que entraba por una grieta en el techo rocoso.

En medio de esa sala había un cofre antiguo cubierto de polvo. Con cuidado lo abrieron y descubrieron tesoros sorprendentes: collares brillantes hechos con piedras preciosas y mapas antiguos que mostraban lugares mágicos por explorar.

Emocionados por su hallazgo, decidieron compartir esos tesoros con los habitantes del pueblo cercano. Regresaron a s"Illot cargados de regalos especiales para todos: joyas para las mujeres mayores, juguetes para los niños pequeños y conocimientos ancestrales para los ancianos sabios.

Desde ese día en adelante, Na Maria del Mar, Na Laia, Na Marina i En Damià fueron recordados como héroes que trajeron alegría y magia al pueblo costero gracias a su espíritu aventurero y generoso. Y así termina esta historia llena de amistad, valores compartidos entre amigos.

FIN.

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